Foto: Defense Systems
Resumen
El empleo del poder militar en el ciberespacio como dominio para cumplir misiones militares está asociado al incremento del uso de la tecnología de la información que ha generado capacidades novedosas. Pero, al mismo tiempo, demanda retos que incluyen el uso de nuevos conceptos operacionales, para cumplir en forma eficiente las misiones militares con un balance apropiado del uso del poder blando y duro. Exigencia que requiere una estructura militar conjunta, que incluye una especial conectividad con socios en coalición y, en particular, con el sector privado, a fin de evitar riesgos y vulnerabilidades innecesarias.
1- Aproximación a la noción de dominio
En Latinoamérica y el Caribe, un buen número de países ha decidido denominar al ciberespacio como dominio con características semejantes a los conocidos dominios de aire, espacio, mar y tierra. Valga destacar que el diccionario de la Real Academia de la Lengua define la palabra dominio como ámbito real o imaginario de una actividad. Y ciberespacio como un ámbito virtual creado por medios informáticos, que interactúan en redes interdependientes de información, infraestructuras tecnológicas y data, redes de telecomunicaciones, sistemas computacionales, procesadores, controles y todo esto en Internet.
No obstante, hasta el presente pocos países han definido con exactitud qué es dominio en el ciberespacio, desde la perspectiva militar para asuntos de la seguridad y defensa.
Este artículo se enfoca en la importancia del análisis a nivel político y estratégico del concepto de dominio para el empleo militar en el ciberespacio y las potenciales implicancias, retos y oportunidades que conlleva la definición, si se considera similar a los espacios tradicionales militares de aire, espacio, mar y tierra.
2- Delimitación de la función militar en el ciberespacio
La complejidad y alcance de la función militar conjunta en el ciberespacio exige, en primer lugar, clarificar conceptos, así que, de acuerdo con Daniel Kuehl, profesor de estrategia de la Universidad Nacional de Defensa, en Washington D.C., se entiende el mencionado ciberespacio como un «dominio operativo enmarcado en el uso de electrones y el espectro electromagnético para crear, almacenar, modificar, intercambiar y explotar información a través de un sistema de información interconectado a Internet y sus infraestructuras asociadas».
Operacionalizado el concepto de este modo, se facilita el entendimiento de las características de este dominio a fin de contrastarlo con las capacidades militares actuales en otros dominios, en forma general. De hecho, la conceptualización de dominio en los espacios físicos supone el uso de las capacidades militares para ejercer superioridad, control, influencia y competencia, todo lo cual conlleva el empleo de los nueve principios de la guerra que hoy están contemplados por las fuerzas militares de Estados Unidos y, en particular, en la región latinoamericana y caribeña.
Por ende, es necesario entender la composición y funcionamiento del ciberespacio para los efectos de ejercer la seguridad y defensa mediante la aplicación o no de los principios de la guerra, empleados en los espacios físicos tradicionales.
En primer lugar, para el comando cibernético de los Estados Unidos el ciberespacio está compuesto de tres capas. Una capa material o tangible que está integrada por todos los elementos materiales, esto es, sistemas de infraestructuras, hardware, computadoras, conectores, routers, etc. Una capa lógica que es, básicamente, la interconexión de los componentes físicos mediante protocolos específicos de funcionamiento que obedecen al diseño algorítmico empleado. Y, finalmente, una capa de ciber persona, que es la más abstracta puesto que se trata del producto de la interconexión de los elementos físicos mediante impulsos electrónicos denominados bites y bytes.
El funcionamiento de estos componentes requiere el entendimiento de la composición de las redes de información y comunicación, así como la interacción de éstas en los diferentes niveles: local, metropolitano y global con la finalidad de identificar las vulnerabilidades para desarrollar las capacidades de la defensa u ofensa para un eventual ataque. Como se dijo, estos conocimientos preliminares permitirán comparar y contrastar cada uno de las capacidades desarrolladas y empleadas en los espacios físicos para determinar su eventual uso en el ciberespacio.
De tal manera, se podrán evaluar los principios de la guerra con la finalidad de determinar su empleo mediante la modernización, adaptación, transformación o creación y desarrollo de nuevos principios acordes con las características del espacio cibernético.
Tomando en consideración que, a diferencia de los espacios físicos, el ciberespacio -como creación humana- no tiene fronteras físicas o políticas y, además, muta y se transforma, esta condición demanda la constante evaluación y supervisión de las capacidades a fin de determinar los niveles de eficiencia necesarios y suficientes para decidir, si los principios aplicados tienen vigencia, o no de acuerdo, con el ambiente cambiante y las múltiples posibilidades defensivas u ofensivas que se pueden generar.
Asimismo, el concepto de dominio desde el punto de vista militar implica el empleo de cuatro dimensiones (superioridad, control, influencia y competencia) que se articulan mediante la aplicación de los antedichos nueve principios de la guerra pues de este modo es que se desarrollan las capacidades necesarias y suficientes para ejercer el dominio.
Sin embargo, es necesario mencionar que cada uno de estos principios de la guerra tiene connotaciones diferentes para cada una de las ramas de las fuerzas militares.
Finalmente, hoy se cuenta con mucha experiencia operativa conjunta de los componentes de aire, mar y tierra en los espacios físicos, así que habría que determinar la posibilidad del uso conjunto de las fuerzas militares en el ciberespacio.
Otro aspecto que ha de tenerse en consideración es que los principios de la guerra y del dominio constituyen la columna vertebral de la doctrina militar, cualquiera que sea la rama de la fuerza militar que se vaya a emplear y si se hará en forma individual o conjunta. De allí la gran importancia que tiene el desarrollo de la doctrina militar para el ciberespacio pues de ello depende la delimitación de funciones (siempre con base en base las redes que lo integran) y el desarrollo de las capacidades en un ambiente tan complejo.
3- La importancia del sector privado y la conjugación de esfuerzos
Entre las características diferenciadoras del ciberespacio esta la participación del sector privado, el cual controla más del 90 por ciento de lo que ocurre en este dominio. Por lo tanto, la coordinación público-privada deviene fundamental, es decir, resulta imposible el desarrollo de la participación militar en el ciberespacio sin la debida participación del sector privado ya que es el que cuenta con los recursos materiales, humanos y financieros necesarios y suficientes para todo lo que acontece en este dominio.
Adicionalmente, hay dos diferencias que merecen un enfoque particular: la centralización en la ofensiva y la rápida capacidad de cambio del ambiente cibernético. Estas diferencias constituyen retos muy importantes ya que, por vez primera, la dependencia del sector privado en que se encuentra la institución militar es determinante, de tal modo que la centralización de la ofensiva dependerá de las debilidades de la base tecnológica, de los incentivos económicos y, finalmente, de la preocupación de quien atacará primero en un conflicto.
En consecuencia, la facilidad del despliegue sigiloso de las fuerzas atacantes, así como la dificultad para atribuir las fuentes y la intención de los atacantes hacen imperioso limitar el daño potencial causado por quien propina el primer ataque preventivo, y que los ataques de represalia sean en gran medida irrelevantes. En otras palabras, tales consideraciones son la clave del éxito para la misión militar, en este dominio, puesto que el análisis de los principios de dominio y del empleo de la fuerza militar, en forma individual o conjunta, constituyen el primer paso para definir la doctrina de empleo del poder militar en el ciberespacio. Por ende, esta información constituye el conocimiento básico que debe tener el nivel político del Estado responsable tanto de definir el concepto de dominio como de establecer el marco legal que le dará la autoridad para definir la estructura, organización y funciones militares en el ciberespacio. En definitiva, se trata de un trabajo conjunto entre los expertos militares, el sector privado y los poderes ejecutivo y legislativo.
Conclusión
El ciberespacio como domino cibernético difiere de otros dominios por el acelerado paso de la innovación, la descentralización de la tecnología y la variedad de actores involucrados. La región Latinoamericana y el Caribe se encuentran, en estos momentos, dando los primeros pasos en esta materia. Se trata de un conjunto de presiones y exigencias al Estado (y al sector privado) que conllevan un sensible reto al sector militar, el de pensar en forma diferente y rápida por la complejidad, implicancias, dimensión del reto e identificación de oportunidades en este novedoso dominio.
Nota: Principios de la guerra utilizados por los Estados Unidos de América: Objetivo, Ofensiva, Masa, Economía de Fuerza, Maniobra, Unidad de Comando, Seguridad, Sorpresa y Simplicidad.
Disponible en https://en.wikipedia.org/wiki/Principles_of_war
Bibliografía utilizada y recomendada en esta materia:
- Cyberpower and National Security Edited by Franklin D. Kramer, Stuart H. Starr, and Larry K Wentz Center for Technology and National Security Policy. National Defense University Press and Potomac Books, Inc. Washington D.C. 2010
- Cyber Strategy. The evolving character of power and coercion. Brandon Valeriano, Benjamin Jensen and Ryan C. Maness Oxford University Press New York, US 2017
Interesante información en la medida que actualmente contamos con una Ley de ciber defensa en la que se encarga la conducción de operaciones militares en el ciberespacio al MINDEF y CCFFAA. Alcanzar esta capacidad es el reto del sector defensa peruano en este tercer milenio.