Foto: Bernard Marr
Resumen
En América latina, al igual que en el resto del mundo, el uso de Big Data por parte de los organismos de seguridad, es una tendencia en aumento. Esto obedece, principalmente, a que los países están cada vez más digitalizados y conectados. Asimismo, las tecnologías de recopilación y almacenamiento de información son cada vez más asequibles. En tanto, los desarrollos en inteligencia artificial (IA) y de aprendizaje automático (ML), están logrando que el análisis sea mucho más manejable y predictivo.
En estas circunstancias, la evolución en el tratamiento de los datos, así como su mayor disponibilidad, anticipan un periodo donde podría verse un mayor interés por parte de los gobiernos en adquirir estas capacidades. Pero, por la manera en que se está llevando a cabo este proceso, surgen algunas inquietudes acerca de sus implicancias.
El contexto de Big Data
Big Data ha ido evolucionando a la par del desarrollo de sensores digitales, así como de sistemas de almacenamiento y de procesamiento de grandes volúmenes de datos. En estos términos, la disponibilidad de una mayor cantidad de ellos también es un fenómeno que ha evolucionado exponencialmente. Si para el 2005 internet generaba alrededor de 130 exabytes de datos por año, para el 2022 alcanzaría 396 exabytes por mes[1].
En este panorama, las empresas especializadas en tecnologías de la información (TI), estarían desempeñando un rol algo más que protagónico. En este rubro, se desarrollan la mayoría de las innovaciones, y es donde se ofrecen las soluciones en todas las formas de productos y servicios. Lo cual incluye: almacenamiento en depósitos de datos (Cloud Computing); diseños de sistemas de clasificación de datos (Big Data); creación de softwares y algoritmos para Analitica, entre otros avances de impacto significativo.
En lo esencial, se trata de la capacidad, no solo de obtener información de grandes volúmenes de datos, sino que, en tiempo real, poder analizar datos, tanto estructurados como desestructurados, agilizando los procesos decisionales a niveles sin precedentes.
Estas tecnologías estarían disponibles de manera transversal. En este sentido, la relación de los gobiernos y de sus instituciones con las empresas de TI -que ofrecen servicios de Big Data-, se define fundamentalmente por las nuevas formas de asociación público privadas, concebidas para mejorar la gestión gubernamental y el diseño de Políticas Públicas; sea a través de la contratacion de estos servicios, o bien, estableciendo alianzas estratégicas para desarrollar soluciones específicas de manera conjunta y que puedan aplicarse después a otras situaciones.
Bajo este esquema, la mayoría de los países en el continente, han implementado iniciativas relacionadas a la adopción de Big Data como apoyo a las decisiones estratégicas. Uno de los pioneros fue Brasil, que en 2006 implementó el sistema inteligente ComprasNet, el cual permite fijar el precio óptimo de las compras públicas a partir del análisis integrado de datos[2]. En el caso de Chile, se han llevado a cabo en diferentes periodos, proyectos sobre los flujos del transporte público, a partir de los datos entre los usuarios y su ubicación georeferenciada, obtenida de sus teléfonos celulares. Mientras, en Colombia, se ha innovado en varios modelos predictivos, tanto en prevención del delito, como en proyecciones económicas o turísticas.
Por cierto, hay muchos más ejemplos: México, Colombia, Brasil, Argentina y Chile, están bastante avanzados en la incorporación de estas tecnologías para reducir la violencia, promover las denuncias y apoyar a la ciudadanía de manera oportuna. Lo interesante es que, en este contexto, se mantendría el referido esquema de alianza público-privada. Esta sería una tendencia bastante recurrente.
Siendo así, este factor estaría cobrando cada vez más relevancia. Pues exhibiría aspectos positivos como negativos, apareciendo éstos últimos, como un obstáculo importante para acceder a los mejores beneficios que puede ofrecer Big Data en el marco de la Seguridad Nacional, la Seguridad Pública y la Seguridad Ciudadana.
Big Data y la seguridad
En este escenario, cuando se trata del uso de Big Data en temas de seguridad, suele relativizarse la confianza del público respecto al destino de sus datos personales. Especialmente, cuando lo que se busca a través de Big Data, son patrones de comportamiento asociados a actividades que puedan ser percibidas como amenazas.
Al respecto, existen algunos casos que han alimentado las suspicacias en torno a estas prácticas. Entre ellos, el escándalo de la fuga de la base de datos de la compañía Hacking Team (HT) en 2015, donde la Secretaría de Inteligencia de Ecuador, fue mencionada en la nómina de clientes, con la adquisición del software Remote Control System, para vigilancia intrusiva de las redes sociales[3]. Un tema similar vinculó a Venezuela y Uruguay, con la adquisición de softwares de vigilancias para uso de inteligencia policial. Mientras que en Chile, actualmente se lleva una causa entre el Consejo para la Transparencia y la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), por el acceso a una serie de antecedentes que obran en poder de esta última institución y que podrían estar relacionados con el uso de Big Data y de algoritmos por parte de cuerpos policiales, para definir decisiones estratégicas, operativas o tácticas en el marco del control de la violencia rural.
Este tipo de situaciones, supone por cierto, un profundo debate sobre los marcos legales adecuados para el tratamiento de los datos personales. Donde pueden intervenir muchas aristas; quizás, relacionadas al uso de Big Data para manipular el poder político de algunos gobiernos. O bien, sobre disposiciones para monitorizar la actividad de las empresas de TI en materia de recolección de datos, de manera de garantizar los derechos constitucionales.
Pero estos aspectos no deben obstaculizar la adopción de Big Data en ningún país que lo pueda administrar. Por el contrario, debe motivar el debate para encontrar el equilibrio y desarrollar estas capacidades en función de todas las dimensiones de la Seguridad Nacional.
En efecto, las herramientas de Big Data, permiten formular diagnósticos precisos sobre lo que ocurre en cada territorio, identificar patrones de las diferentes formas de criminalidad u otras situaciones de violencia y, establecer dónde es que se concentran. Vale decir, ofrece un tipo de información que puede orientar políticas públicas mucho más acertadas, tanto para atender el crimen, como para prevenirlo. No debiese desaprovecharse esa oportunidad.
Reflexiones finales
Tal como se está planteando, el potencial de Big Data hacia las políticas públicas está ganando un gran terreno en la región. La variedad de opciones para potenciar las distintas áreas de interés, parecen concitar una importante adhesión cuando la sociedad recibe directamente los beneficios.
Sin embargo, las escasas definiciones sobre la participación de las empresas especializadas en TI, que penetran en todas estas áreas, podrían comenzar a frenar algunos de estos impulsos. Sobre todo, si no se avanza en paralelo en la creación de normas robustas para la protección de los datos, con los cuales ya se habría comenzado a trabajar.
En este sentido, también existiría otra arista, relacionada a la actual falta de transparencia acerca de los límites y alcances de los negocios relacionados con la transación de datos, especialmente, teniendo en cuenta la participación de estas mismas empresas.
No obstante, la adaptación a Big Data es beneficiosa. Hasta ahora, es la única tecnología capaz de obtener conclusiones en el mismo momento en que se están recogiendo miles de datos, acelerando de manera inequívoca el proceso de toma de decisiones. Además de ofrecer explicaciones de cómo se comporta un fenómeno y por qué se produce. Entre otros conocimientos imprescindibles para una época informacional como la actual.
[1] CISCO “Visual Networking Index -(VNI)” 2019. Disponible en: https://www.cisco.com/c/en/us/solutions/service-provider/visual-networking-index-vni/index.html
[2] Big Data no governo: os dados e as políticas públicas. Disponible en: http://datastorm.com.br/big-data-no-governo-os-dados-e-as-politicas-publicas/
[3] Atacan a páginas que denuncian el escándalo Hacking Team en Ecuador. (Julio 2015) http://es.panampost.com/rebeca-morla/2015/07/09/atacan-a-paginas-que-denuncian-el-escandalo-hacking-team-en-ecuador/