Todos los Ministerios de Defensa de los países desarrollados llevan a cabo el denominado Planeamiento de la Defensa. Como indica la Doctrina para el Empleo de las Fuerzas Armadas (PDC-01A), de 27 de febrero de 2018, es el proceso por el que se obtienen las capacidades necesarias para alcanzar los objetivos establecidos en la política de defensa y, especialmente, para la definición, obtención y sostenimiento de unas Fuerzas Armadas eficaces, sostenibles en el tiempo y capaces de enfrentarse a los retos de un escenario estratégico incierto y en continua evolución. Así, el Planeamiento de la Defensa constituye un proceso cíclico, unitario, ordenado, integral y flexible. El objetivo de este proceso es diseñar unas Fuerzas Armadas sobre la base de unas capacidades eficaces y sostenibles sustentadas en un equilibrio entre el concepto de empleo, estructura y financiación. En España, este planeamiento de la defensa por capacidades se implantó en el año 2005, mediante la aprobación de la OM 37/2005, que posteriormente fue sustituida por la OM 60/2015.
Con anterioridad, el proceso de planeamiento se basaba en el estudio de las amenazas a la seguridad, pero los atentados del 11 de septiembre de 2001 pusieron de manifiesto la obsolescencia de estos métodos. La incertidumbre, consustancial a la globalización, y atentados como el del 11S, tan difíciles de prever, han provocado que los países más desarrollados, empezando por EE. UU., cambien a un sistema de planeamiento por capacidades. Este documento del IEEE recoge las tendencias geopolíticas globales en el periodo comprendido entre 2019-2040, y es la base sobre la que el Centro Conjunto de Desarrollo de Conceptos (CCDC) se ha apoyado para elaborar su “Entorno Operativo 2035”. Este paquete conceptual permite informar la toma de decisiones sobre el diseño futuro de la Fuerza Conjunta, como paso previo a la elaboración del Concepto de Empleo de las Fuerzas Armadas (CEFAS).