Resumen
El presente artículo pretende la importancia que revisten las Fuerzas Armadas para una nación y la necesidad de dotarlas de los recursos necesarios que les permitan estar a la altura de las circunstancias en un sistema internacional actual o incluso para hacer frente emergencias en el ámbito interno, como la pandemia está poniendo en evidencia
En el caso de la Argentina su accionar se aprecia en distintas tareas que van desde la repatriación de ciudadanos varados en distintas partes del mundo, a cargo de la Fuerza Aérea Argentina, hasta el montaje de hospitales de campaña y la producción de insumos médicos. Este despliegue de recursos ha tenido un impacto positivo en la sociedad aumentando del nivel de confianza en las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, las capacidades de las Fuerzas Armadas de este país presentan un alto grado de vulnerabilidad producto del desmantelamiento que han sufrido a lo largo de los años motivado por múltiples factores. Esta situación plantea diversos interrogantes que se exponen en este artículo y que son necesarios responder a nivel gubernamental para determinar que Fuerzas Armadas necesita un país como la Argentina y que posición desea ocupar en un sistema internacional que es cada vez más complejo.
Análisis
Hace semanas, dos meses en el caso de Argentina, que la mitad del mundo se encuentra en cuarentena, con miles de millones de ciudadanos aislados socialmente y países que frenaron su actividad económica generando una paralización casi absoluta. En cuanto a las consecuencias, si bien inciertas, nos dejan frente a un panorama crítico y bastante pesimista. Claro está que no es la primera vez que una pandemia de este calibre azota a la Humanidad, pero sí es la primera vez que se toman medidas de esta índole, a nivel global, para hacerle frente y que dejan al mundo aislado y en cuarentena.
Es verdad que las implicancias de esta pandemia son aún inciertas, lo que si es cierto es que este virus a pesar de su tamaño tiene el poder suficiente para dejar al descubierto los puntos más débiles del sistema internacional y de su principal actor, en término realistas, el Estado. Todo está siendo puesto a prueba en estos momentos. Resta esperar que pase la pandemia para ver qué países saldrán fortalecidos o debilitados y que políticas deberán modificar, reorganizar o reemplazar al interior de sus fronteras.
Ahora bien, hecha esta introducción y adentrándonos en el objeto de estas líneas, en estos días de aislamiento uno puede ver en la televisión con un poco más de tiempo imágenes que recorren el mundo del personal de la salud luchando en los hospitales que se han convertido en el nuevo campo de batalla.
Pero hay otro actor que se entremezcla entre las noticias sanitarias y las imágenes hospitalarias que también está desempeñando un rol fundamental en esta lucha: las Fuerzas Armadas. Entre el bombardeo de imágenes e información que recibimos de los medios de comunicación vemos a las Fuerzas Armadas de todo el mundo desempeñando un papel fuera del suyo tradicional, brindando apoyo logístico a los gobiernos de los países afectados, montando hospitales de campaña, repatriando a sus connacionales, desde distintas partes del mundo, repartiendo insumos a lugares alejados de los principales centros urbanos, colaborando con las Fuerzas de Seguridad en tareas prevención, brindando protección a los ciudadanos y formando parte de tareas de desinfección de calles y espacios públicos. En fin tareas que, como se dijo anteriormente, no están contempladas dentro de sus funciones primarias. La pandemia ha obligado, además, a suspender sus cronogramas anuales de ejercicios combinados, conjuntos, maniobras militares y otras actividades propias de la vida castrense.
La Argentina no es la excepción a este patrón que se aprecia en el mundo. Los militares están llevando a cabo diversas tareas en el marco de la lucha contra la pandemia del COVID-19, entre las se pueden destacar:
- Emplazamiento de un Hospital Militar reubicable (HMR) en Campo de Mayo, Provincia de Buenos Aires, junto al Hospital Militar que se encuentra en ese predio a fin de aumentar sus capacidades y que está conformado por tres unidades específicas: médica, de internación y logística. También se ampliaron las capacidades de otros Hospitales del país.
- Emplazamiento de un HMR de la Fuerza Aérea Argentina lindante al Hospital Aeronáutico Central. En este caso cabe destacar que este HMR está operativo desde la década del ’90 siendo desplegado en misiones de paz en Mozambique, Kosovo, Haití y Chile.
- Vuelos de repatriación de ciudadanos a cargo de la Fuerza Aérea Argentina con Hércules C-130. Brasil, Perú y Ecuador son algunos de los países con los cuales se logró realizar un puente militar que permitiera traer de regreso a los argentinos varados allí.
- Vuelos logísticos, también a cargo de la Fuerza Aérea, en los cuales se transportan respiradores, reactivos, ecógrafos, entre otros insumos a diferentes provincias del territorio argentino. En este caso los aviones utilizados son los Fokker F-28.
- Patrullajes aéreos de control de cumplimiento del ASPO (Asilamiento social, Preventivo y Obligatorio)
- Apoyo logístico para entrega de viandas alimenticias en barrios vulnerable de la Provincia de Buenos Aires y otras provincias. Esto incluye preparación del alimento, instalación de vehículos cocina y distribución del mismo y también la instalación de módulos sanitarios.
- Fabricación de insumos para el personal de salud civil y militar afectado a la pandemia; barbijos, camisolines confeccionados por Sastrería Militar y máscaras faciales realizadas con impresoras 3D por CITEDEF.
Para complementar estos datos[1], en una entrevista realizada por la agencia Telam al ministro de Defensa, declaró que “Estamos ante el despliegue operativo más importante de las fuerzas armadas en democracia. O, para ser más exactos, desde la guerra de Malvinas”, y destacó que el cuerpo de Sanidad que integran las Fuerzas Armadas cuenta con 1354 médicos y 2274 enfermeros militares. En cuanto a camas, hay 124 de terapia intensiva, 372 de terapia intermedia y 364 camas generales.[2]
Este despliegue ha sido contemplado muy positivamente por la ciudadana. Una encuesta, revela que ha aumentado considerablemente el nivel de confianza en las instituciones en la institución militar. En el año 2016, el nivel de confianza en las Fuerzas Armadas y de Seguridad era del 34,4%; el mismo relevamiento realizado este año arroja un aumento del 31,9% en el caso de las Fuerzas Armadas, con lo cual el nivel de confianza en esta institución asciende un 66,3%. La franja etaria mayor a 40 años y el sector con un nivel educativo bajo son quienes muestran mayores índices de confianza (Consultora Management & Fit, Relevamiento de Confianza en las Instituciones, mayo, 2020).
Con todo este panorama de despliegue de Fuerzas y de recursos, desde La Quiaca a Tierra del Fuego, no podemos dejar de preguntarnos por qué nuestros gobernantes han dejado de lado, durante décadas, las cuestiones militares en la agenda de las políticas públicas, poniendo en riesgo su existencia y con ello la defensa de nuestro territorio y la de la ciudadanía.
Es cierto que, en la actualidad, ya no se piensan los conflictos en términos de guerras estatales y que hay en escena otros actores no estatales, que hacen de la asimetría una nueva característica de los conflictos armados. Pero sea de la forma que sea, el conflicto es inherente al sistema internacional y a su complejo entramado de relaciones de poder, con lo cual se torna inadmisible que un Estado que se encuentra inmerso en este sistema, no tenga unas Fuerzas Armadas a la altura de las circunstancias. Incluso para atender emergencias en el ámbito interno, como la pandemia está poniendo en evidencia.
En la Argentina, las Fuerzas Armadas han sufrido por décadas un desmantelamiento sistemático de sus capacidades y el porqué de esta situación tiene varias respuestas:
- Falta de visión estratégica de los gobiernos de turno (cualquiera sea su color político) incapaces de entender hacia dónde va el mundo y diseñar unas Fuerzas Armadas adecuadas a este escenario y dotadas de los recursos necesarios para poder desempeñar plenamente sus funciones.
- La falta de voluntad política. Los temas de Defensa en nuestro país no son prioritarios y no llenan las urnas de votos. Este argumento puede ser entendible, en algún punto teniendo en cuenta la situación socio – económica que atraviesa el país, desde ya hace varios años y de la cual pareciera no haber una salida cercana. En este contexto puede llegar a ser fácil entender que las mayores partidas presupuestarias estén destinadas a paliar esta crisis y no es objeto de estas líneas criticar estas medidas.
- La estigmatización de las FF.AA, por la represión de las dictaduras, es otro factor que contribuyó al abandono por parte de las cúpulas gubernamentales. Abandono que aún hoy, están padeciendo militares en actividad que en su mayoría en la última dictadura tenían aproximadamente entre 10 y 15 años, o como mucho eran cadetes en alguno de los tres Centros de Formación de las Fuerzas Armadas (Colegio Militar de la Nación, Escuela Naval Militar o Escuela de Aviación Militar).
Conclusión
Todas estas cuestiones mencionadas, hacen que las Fuerzas Armadas se encuentren en la actualidad en una grave situación de vulnerabilidad frente a las posibles amenazas que puedan surgir en un futuro no tan lejano, más aún si tenemos en cuenta nuestra ubicación estratégica y la riqueza en materia de recursos naturales que posee nuestro país.
Si bien quienes nos interesamos por las temáticas vinculadas a la Defensa nacional ya veníamos observando, desde hace un tiempo, este panorama con preocupación fue necesario que apareciera en escena esta pandemia para poner una vez má,s sobre la mesa aquellos interrogantes que deben ser objeto de debates políticos pero no partidarios ni ideológicos:
¿Qué país queremos? ¿Cuáles son nuestros intereses nacionales? Y en función de las respuestas a estas preguntas: ¿Qué Fuerzas Armadas se requieren? ¿Para qué las necesitamos? ¿Con qué recursos hay que dotarlas? ¿Qué estrategia de Defensa Nacional debemos diseñar? ¿Qué rol queremos jugar en el sistema internacional?
Lo único que resta esperar es que los dirigentes políticos de este país puedan sacar algo positivo de todo este caos y una vez aplacada esta crisis sanitaria puedan sentarse a discutir de manera seria, dejando de lado ideologías y subjetividades, que país queremos, cuáles son nuestros intereses como nación y qué necesitamos para alcanzarlos y protegerlos. Sólo cuando esto suceda podremos volver a posicionarnos como un actor de peso estratégico y las Fuerzas Armadas recobrarán su valor perdido.
Referencias
[1] Disponibles en la página del Ministerio de Defensa de la República Argentina https://www.argentina.gob.ar/defensa.
[2] https://www.telam.com.ar/notas/202004/456927-rossi-la-pandemia-obligo-al-despliegue-militar-mas-grande-desde-malvinas.html. Visitado el 27/04/2020