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Las redes sociales y la 5G ¿amenazas a la seguridad global?

Resumen:

Desde el enfoque de la cibereguridad, algunas de las características de las redes sociales y la superioridad tecnológica en la construcción de la red 5G se convierten en recursos estratégicos que incrementan las capacidades de los Estados, modifican las relaciones internacionales y amenazan a la seguridad nacional e internacional. Por ello, es prudente analizar los recientes acontecimientos en relación con aplicaciones como Tik-Tok y la compañía Huawei como muestra del debate internacional que se ha generado sobre las capacidades del ciberespacio, del Internet de las Cosas (IoT), de las aplicaciones digitales y de la red 5G como medios de recolección de información, ciberespionaje, influencia y manipulación. De igual forma, con motivo de estas consideraciones, es momento de reflexionar sobre como la libertad y arquitectura del internet pudieran cambiar en el futuro cercano.

Introducción

Las redes sociales –como consecuencia de su alcance global, uso intensivo, atractivo, fácil acceso, alcance y popularidad– son aplicaciones que juegan un papel preponderante en las relaciones sociales, tanto virtuales como cara a cara, del presente. Aunque han sido creadas con el fin de entretener, comunicar, socializar e informar, algunas redes sociales (particularmente aquellas con una gran aceptación entre la sociedad internacional) han sido consideradas y denunciadas por algunos Estados como medios que atentan contra la seguridad nacional e internacional, debido a su potencial uso como medios de recolección de información, ciberespionaje, influencia y manipulación. A lo anterior se suma el control de la red 5G e internet para la recolección de datos, propaganda y contrapropaganda.

Bajo este contexto las redes sociales se han convertido en una arma económica y política, más que en un producto de alto valor agregado que se emplea como medio de comunicación, entretenimiento e interacción. Lo antes dicho pone de manifiesto la militarización del ciberespacio, la competencia férrea que busca controlar el comercio electrónico, la carrera tecnológica que busca multiplicar el ciberpoder y la utilización de la información como un arma efectiva.

A partir de lo anterior es evidente que los Estados, organismos e individuos utilizan tanto a la información como al ciberespacio como un arma en la era digital; y, por lo tanto, es un tema que requiere de una estrategia de defensa que podría requerir de un control más intensivo del internet en lo particular y el ciberespacio en lo general.

Por ello, el objetivo principal de este trabajo es exponer algunas de las características que convierten a las redes sociales y la superioridad tecnológica en temas de internet en recursos estratégicos que incrementan las capacidades de los Estados, modifican las relaciones internacionales y amenazan a la seguridad nacional e internacional.

Para el efecto, se utilizan los casos de Tik-Tok y Huawei como elementos de análisis y medios de comparación, que se ven complementados con un cuestionamiento sobre la pertinencia de la libertad o control del internet.

Tik-Tok y Huawei peones de la geopolítica

Durante los últimos meses la aplicación Tik-Tok[1] de la compañía china bytedance ha estado en el ojo del huracán debido a su supuesto uso, por parte del gobierno chino, como medio de espionaje, manipulación, desinformación y robo de identidad; tal ha sido su impacto y consideración como medio de interferencia que países como la India[2] han retirado la aplicación de las tiendas de programas para los teléfonos inteligentes y prohibido el uso de dicha aplicación.

De igual forma, algunas democracias occidentales como Reino Unido, Australia y EE.UU. han considerado su investigación y potencial veto.

De hecho, el presidente Donald Trump catalogó a Tik-Tok como una potencial amenaza a la seguridad nacional, ha solicitado que se censure su existencia y uso en territorio estadounidense y ha pedido que se adquiera por una compañía estadounidense en un plazo menor a noventa días si desea continuar con sus operaciones.

Es decir, en este punto la característica de Tik-Tok que atenta contra la seguridad nacional de EE.UU. se podría situar en dos áreas: primero, en el poder económico que ha logrado dicha aplicación en tan poco tiempo y que compite con el que sustentan empresas estadounidenses; y, segundo, su capacidad para recolectar información que bajo las condiciones de operación y regulaciones de China debe ser compartida con el gobierno sin restricción alguna.

A lo anterior habría que sumarle las posibilidades de modificar la información contenida en dicha aplicación para desinformar, generar el fenómeno de deepfake[3] y manipular la opinión de los usuarios; todo lo cual impacta la percepción de la realidad y permite crear realidades alternas que funcionarían como armas psicológicas para desacreditar y generar inestabilidad política e ingobernabilidad.

Sin embargo, lo peculiar del caso de Tik-Tok radica en la alternativa de solución mencionada por el mandatario estadounidense, la cual recomienda que dicha red social continúe en operación si pasa a ser propiedad de algún individuo o colectivo estadounidense. ¿Será que con el cambio de propietario deja de ser una amenaza para la seguridad? o conociendo sus capacidades ¿Será utilizada por el comprador ahora en contra de su anterior propietario?

De lo anterior puede inferirse que la compra-venta es un movimiento geopolítico del gobierno estadounidense para desbancar a China y reducir su poder.

Particularmente porque parece exponer una conducta por parte del gobierno chino que emula las acciones de inferencia ideológica rusas; y denuncia la naciente colaboración en defensa cibernética entre China y Rusia. En respuesta, casi de manera inmediata empresas como Microsoft y Twitter han manifestado su intención de comprar Tik-Tok. ¿Qué potencial le vieron a dicha empresa como generadora de ganancias y de ventajas competitivas que pueden traer a sus negocios? ¿pensará EE.UU. utilizarla para obtener o incrementar sus ventajas en el ciberespacio?

El tiempo dará las respuestas, pero se pronostica que, en caso de ser necesario, serán utilizadas como medios de propaganda y contrapropaganda por sus propietarios.

Tik-Tok es la reina de los videos cortos con gran margen de ganancia que ofrece regalos digitales que se pueden canjear por dinero en efectivo como beneficio por ampliar la influencia en la red, pero que por su estrecha relación con el gobierno chino pone nervioso a las administraciones del mundo por ser un medio para recolectar información e impactar en la psicología de la gente. Básicamente a Tik-Tok se le señala por recopilar gran cantidad de datos que incluyen videos, localización geográfica, modelo del teléfono, sistema operativo y la velocidad de escritura; todo lo cual son características que también se pueden encontrar en aplicaciones como Facebook, Reddit, y Linkedln entre otras.

De igual forma se menciona que Tik-Tok también es parte del sistema de censura en internet instaurado por el gobierno chino bajo su famoso gran cortafuegos que vigila, identifica y filtra cualquier tipo de contenido que considera sensible. Evidentemente, el gobierno chino comprende el potencial de la tecnología, la innovación e internet como medio de control social.

Entonces cabe preguntarse sí ¿es momento de desconfiar de las aplicaciones populares en el mundo por su poder de análisis y capacidad de recolección de información? ¿atentan todas las redes sociales contra la seguridad nacional e internacional? ¿qué medidas deben ser implementadas para garantizar la imparcialidad de la red y las aplicaciones de redes sociales?

La gran dependencia en internet que las sociedad y gobiernos han alimentado es el elemento principal que preocupa a los estrategas y promueve un cambio de pensamiento. Es innegable que, tanto las redes sociales y el desarrollo de tecnología en comunicaciones e internet, son una preocupación creciente como medios de dominación y poder. Esto permite incorporar el caso de la compañía Huawei como potencial hegemón de la red 5G.

En lo que respecta a Huawei, la empresa de origen chino ha sido considerada como una amenaza a la seguridad nacional y un potencial dominante tecnológico en la infraestructura de la red 5G. La compañía china lidera la carrera por la implementación de la red 5G gracias a su experiencia y bajos costos; sin embargo, este dominio ha puesto nerviosos a los gobiernos que temen dejar sus comunicaciones en manos extranjeras. Es por ello que, diferentes medios de comunicación y expertos en tecnología señalan que, EE.UU. busca contrarrestar el dominio chino en la construcción de la red 5G recurriendo a sus aliados en el mundo e imponiendo sanciones y restricciones a la empresa de servicios de telefonía e internet bajo sospechas de que la compañía china permitiría que Beijing utilice las redes en poder de Huawei para ciberespionaje.

Sin embargo, Washington no brinda una alternativa efectiva ni cuenta con una política bien estructurada en relación con la infraestructura de la 5G.

En este sentido, y como una táctica de último momento, la administración Trump ha buscado hacerse con acciones de las compañías Nokia y Ericsson, que son las principales rivales de Huawei en temas de 5G, así como apuntalar empresas estadounidenses como Qualcomm o Intel, en un intento por frenar el avance y dominio en el sector de la empresa tecnológica china[4].

De nueva cuenta esto permite cuestionar si cambiando de empresa o propietario se terminaría con las influencias y con los usos dudosos de la tecnología; o si las acciones emprendidas son solamente cuestión de disputas de poder y demostración de fuerza en el juego geopolítico y estratégico de potencias mundiales.

La difusión del poder y el conocimiento que emerge del internet y el progreso tecnológico es algo que preocupa a aquellos que los ostentan, porque genera dependencia y fragilidad. Estas disputas políticas, económicas y tecnológicas determinarán el grado de control y libertad de acceso a internet que pueda disfrutar la sociedad internacional.

Internet libre o controlado

El dominio y control de las redes sociales, el internet y las tecnologías de computación y telecomunicaciones convergen en la política de acceso a internet, en donde existen dos visiones contrapuestas sobre la gobernanza de internet.

Una que promueve el modelo multistakeholder con libertad en internet (EE.UU. y aliados); y, otro con un modelo que favorece el control y censura estatal bajo el concepto de soberanía en el ciberespacio, propuesto por China y Rusia.

Estas diferencias parecen emular aquellas existentes en el plano político, económico y militar generando un ambiente de competencia para ganar el control del internet y amplificar la importancia geopolítica del ciberespacio.

Hoy parece que el modelo sino-ruso ha tomado la delantera.

El avance de la visión de un ciberespacio más controlado con base en el enfoque de soberanía en el ciberespacio, es resultado del poco interés presentado por la administración Trump no sólo en seguir promoviendo la libertad en internet y la ciberdiplomacia, sino también de la falla en garantizar la ciberseguridad nacional.

En este sentido, por ejemplo, las acciones emprendidas por el presidente estadounidense, para controlar a las empresas tecnológicas y redes sociales chinas que hacen negocios en EE.UU. por medio de internet, contradicen su posicionamiento en favor de un internet sin restricciones. Lo antes citado es evidencia de que EE.UU. se ha dado cuenta de que, bajo ciertas condiciones, la libertad en el ciberespacio y su alcance global es lesiva incluso para sus propios intereses.

EE.UU. está experimentando un efecto boomerang en el tema de la apertura del ciberespacio, ya que fue promotor de la libertad en internet pensando en tomar ventaja de ello sin considerar que podría ser víctima de sus propias decisiones. EE.UU. se ha dado cuenta que un internet con pocos controles permite que grupos e individuos antagonistas atenten contra su seguridad, su economía y su estabilidad política.

En los últimos meses, algunos de estos eventos adversos han escalado la confrontación política-comercial con China e incrementado las sanciones económicas, tecnológicas y jurídicas sobre algunos de los ciudadanos, dirigentes y empresas chinos; lo que ha generado una respuesta espejo por parte del gobierno chino.

De hecho, la actitud indiferente e incluso negligente por parte de EE.UU. para atender las cuestiones de la ciberdiplomacia y libertad del internet, ha incentivado una mayor cooperación sino-rusa en temas de ciberseguridad y defensa; lo cual debe ser considerado por EE.UU. y el mundo como un indicador del progreso de la visión de la soberanía en el ciberespacio, del entendimiento que existe entre Moscú y Beijing para contrarrestar la influencia estadounidense en la región, y de la existencia de una potencial área de conflicto tanto comercial como político-militar.

Bajo las condiciones actuales, el control no sólo del internet o redes sociales, sino del ciberespacio y su tecnología toma una importancia geopolítica sin precedentes como medio de intercambio comercial, como instrumento de influencia, como catalizador de progreso tecnológico y como elemento esencial del ciberpoder.

Es por ello que, la cooperación en ciberdefensa entre Rusia y China debe observarse con sumo cuidado ya que permite entrelazar pensamientos estratégicos que favorecen las acciones irrestrictas y el poder de la información.

Reflexiones finales

Tik-Tok realiza funciones de recolección de información y de transmisión de contenidos similares a la de muchas otras redes sociales que ponen en duda su inocuidad y exponen su poderío como medios de control social e influencia; y hacen de las redes sociales armas efectivas para crear realidades alternas y avanzar en la consecución de los objetivos geopolíticos.

Por lo tanto, los Estados deben regular y controlar la operación de todas ellas o al menos tomar conciencia de su poder de influencia – la administración Trump a dado un paso adelante, al solicitar que se venda en un plazo de noventa días – con base en consideraciones de seguridad nacional y en su potencial para generar conflictos de carácter binacional, regional o mundial disfrazados de contiendas comerciales, salvaguarda de la soberanía en el ciberespacio o protección de los derechos humanos.

Los eventos adversos ocurridos contra diversas compañías y el propio gobierno estadounidenses sugieren que la doctrina de la libertad en internet ha fracasado y los estrategas deben reflexionar sobre si debe continuar como una política que rija el actuar de EE.UU. en el ciberespacio. Se puede decir, que dicho posicionamiento favoreciendo la libertad en internet funcionó bien mientras que EE.UU. tuvo la superioridad política, tecnológica y del comercio electrónico; pero hoy, que existen fuertes competidores en otras latitudes, debe ser revisado.

Las redes sociales y la tecnología tienen un doble uso, son al mismo tiempo catalizadores del desarrollo y herramientas del poder. Sin lugar a dudas, los Estados, organismos e individuos utilizan tanto a la información como al ciberespacio como armas en la era digital; y, por ende, los gobiernos deben adoptar una estrategia que regule el buen uso de internet en lo particular y el ciberespacio en lo general.

En conclusión, las redes sociales y la superioridad tecnológica son recursos estratégicos que incrementan el poder, modifican las relaciones internacionales y amenazan a la seguridad nacional e internacional, pero que responden a las necesidades, objetivos y estrategias de los seres humanos.

Sin duda, hoy gracias a la gran cantidad de información que se genera en la red las  empresas tecnológicas y aquellas creadoras de aplicaciones se vuelven relevantes en los juegos geopolíticos del siglo XXI por el nivel de control que pueden ostentar y generar para los Estados.


[1] Tik Tok (conocida como Douyin en China, ya que es la empresa hermana) es una red social o aplicación que permite realizar videos de corta duración con creatividad para compartir momentos chuscos y llenos de alegría. Tiene oficinas en diversas ciudades del mundo y fue creada en 2016.

[2] Irónicamente en la India la aplicación era sumamente exitosa y contaba con cerca de 700 millones de descargas.

[3] Una forma de manipulación de información en videos basada en inteligencia artificial que combina la falsificación con el aprendizaje profundo para editar videos falsos con mucha credibilidad y difíciles de identificar.

[4] Para mayor información se pueden consultar los sitios web: https://www.eleconomista.es/telecomunicaciones-tecnologia/noticias/10128287/10/19/EEUU-ve-en-Nokia-y-Ericsson-la-unica-oportunidad-para-frenar-la-hegemonia-de-Huawei-en-las-5G.html  y https://www.eluniversal.com.mx/techbit/intel-qualcomm-y-otras-empresas-de-eu-tambien-vetan-huawei

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Las ideas contenidas en este análisis son responsabilidad exclusiva del autor, sin que refleje necesariamente el pensamiento del CEEEP ni del Ejército del Perú

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