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Coronel del Ejército de Perú (r.)

Los intereses peruanos y la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”

El presente artículo ha sido publicado originalmente en la Revista Seguridad y Poder Terrestre:

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Publicada por el Centro de Estudios Estratégicos del Ejército del Perú.

Resumen

En este artículo se analiza la importancia de la inclusión del Perú en la gran iniciativa de infraestructura y conexión vial denominada “la Franja y la Ruta”, lanzada por la República Popular China (RPC). Esta iniciativa pretende unir al mundo a través de una serie de proyectos que integre a los países de Asia y Europa con los países de América Latina, África y Oriente Medio. Este proyecto prevé, en esta parte del continente, la construcción de nuevos puertos, vías ferroviarias, ejes viales de carreteras, terminales y centros logísticos, para lo cual la RPC se convertiría en el principal financista de estas obras, promoviendo acuerdos con los Estados involucrados. En este contexto de desafíos y dada la importancia de estas obras, el Perú enfrenta la necesidad de consolidar el financiamiento de dos grandes proyectos: “el ferrocarril bioceánico entre Perú y Brasil” y “el megaproyecto de tren ferroviario Panamericano Norte”. En ese sentido, en este artículo se pretende llamar la atención del lector sobre este importante tema, toda vez que el Perú -al ser un país que requiere de grandes inversiones para desarrollar sus principales infraestructuras- deberá analizar y minimizar los riesgos asociados a su involucramiento en esta ambiciosa iniciativa de la RPC.

Palabras clave: Iniciativa de la Franja y la Ruta, la nueva Ruta de la Seda, Infraestructura, comercio exterior, cambios geoeconómicos y geopolíticos.

Introducción

El Politólogo Alemán Dietmar Dirmoser, encargado del departamento de Asia Central y Cáucaso Sur de la Fundación Friedrich Ebert en Berlín, señala que la “Iniciativa de la Franja y la Ruta” (IFR) –cuyo nombre retrotrae a la antigua Ruta de la Seda- podría derivar en fuertes cambios geoeconómicos y geopolíticos, ya que al ser redactado con ambigüedad para reducir las susceptibilidades, el megaproyecto comprende el desarrollo de una serie de corredores económicos mediante grandes inversiones en infraestructura. De este modo, la República Popular China (RPC) se aventura en un nuevo enfoque de su política exterior que busca recuperar el “sueño chino”, superando totalmente la etapa de la “humillación nacional”.[1]

Por un lado, los “grandes objetivos” de la RPC en su desafiante política exterior son: (1) Implementar infraestructuras como nuevos puertos, vías ferroviarias, rutas terrestres, terminales, centros de logística y abastecimientos, (2) Posicionar a China como principal financista de grandes obras que permitan el desplazamiento de las exportaciones e importaciones (por ejemplo, con Kazakstán que alcanzan una inversión de 23.000 millones de dólares), (3) Fortalecer la Visión de los países involucrados, al dimensionar el proyecto como un plan de desarrollo integral de toda la región implicada, que incluye la integración financiera con la expansión de acuerdos monetarios sin utilización del dólar, (4) Internacionalizar la moneda del Yuan para facilitar el sistema cambiario en las transacciones comerciales.

Por otro lado, el Perú posee una Política Nacional de Competitividad (Objetivo Priorizado N° 7: Facilitar las condiciones para el comercio exterior de bienes y servicios)[2] y un Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad, aspirando a formar parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Sin embargo, es aquí donde surge el tema de la activación del transporte mediante ferrocarriles debido a que el desarrollo de los servicios ferroviarios del Perú está principalmente dirigido al transporte de carga, lo que, aunado a las difíciles características geográficas que presenta el Perú, incrementan los costos y dificultan alcanzar un mayor desarrollo ferroviario.[3]

A través de este artículo se pretende llamar la atención del lector sobre este asunto, toda vez que el Perú -al ser un país que requiere de grandes inversiones para desarrollar sus principales infraestructuras- deberá analizar y minimizar los riesgos asociados a su involucramiento en esta ambiciosa iniciativa internacional de la RPC.

De la ruta histórica al megaproyecto de “la Franja y la Ruta”

En el año 1877, el geólogo alemán Ferdinand Von Richthofen acuñó el término de la “Ruta de la Seda”, al referirse a la ruta de transporte que conectaba China con Asia y Europa, estableciendo una conexión cultural entre Oriente y Occidente. Actualmente, la RPC pretende relanzar el uso de este término y aprovechar sus beneficios a través del megaproyecto denominado “la Franja y la Ruta”. Esta ambiciosa iniciativa pretende promover la cooperación y el desarrollo mediante la implementación de infraestructura, conectividad, inversión e impulso del turismo, entre otros.

En el libro sobre la IFR, el académico chino Wang Yiwei, Director de la Red Académica China Europa (CEAN), da a conocer un nuevo modelo regional de cooperación internacional en pleno siglo XXI. Este nuevo modelo permitiría el intercambio global de conocimiento y bienestar entre civilizaciones, promoviendo el progreso de la civilización humana y contribuyendo -en gran medida- a la prosperidad y al desarrollo de los países a lo largo de la Ruta de la Seda, impulsando la comunicación y cooperación entre Oriente y Occidente.[4] Sin lugar a duda, las inversiones en infraestructura y la conectividad para fortalecer el comercio son principios fundamentales de este gran desafío de la política china.

En el año 2013, el presidente chino Xi Jinping, recordando la antigua ruta que unía Oriente con Occidente, anunciaba la propuesta de la “Nueva Ruta de la Seda”; sin embargo, poco tiempo después, se presentaría un proyecto mucho más ambicioso denominado la IFR, una propuesta de globalización con características chinas. Al respecto, la visión del gigante asiático es liderar un mercado global con rutas terrestres y marítimas que favorezcan su desarrollo y expandan su influencia a nivel mundial. No obstante, esta significativa propuesta origina validas dudas e interrogantes como, por ejemplo, ¿cómo podría modificarse el comercio internacional a partir de esta iniciativa? Una posible consecuencia sería que los países involucrados podrían acabar en un estado de fuerte dependencia de la economía China, lo que –tarde o temprano- impactaría en sus decisiones de orden político, diplomático y militar.

En este contexto, la RPC será la principal financista de este proyecto, para lo cual ha dotado a los bancos chinos con capitales y regulaciones, e incluso ha creado el “Banco Asiático para las Inversiones en Infraestructura” con la finalidad de promover estas inversiones. Ante estas posibilidades, países en vías de desarrollo, como el Perú, han mostrado su interés de sumarse a esta iniciativa y hacer realidad grandes megaproyectos de infraestructura vial y portuaria.

Desafíos y oportunidades

En materia de política exterior es importante mencionar el rol que cumple América Latina y su influencia en las decisiones de la RPC; particularmente, tras la publicación –en el año 2016- del Libro Blanco para América Latina, en el que China fijó una serie de lineamentos para su relación con los países de la región. Posteriormente, con motivo de la visita del Presidente Xi Jinping a Perú, Ecuador y Chile, en el año 2016, la RPC público su Nuevo Documento Global para las Relaciones con América Latina y el Caribe, lo que ha despertado el interés de los países de la región por estrechar vínculos con el gigante asiático. En ese sentido, el Perú no es una excepción, tal y como lo diera a conocer BBC News Mundo, el 26 de abril de 2019, al informar que el Perú acababa de convertirse en el último país de América Latina en sumarse a la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, pese a las advertencias de Estados Unidos sobre el aumento de la influencia de China en la región.[5]

La IFR involucra la inversión de fondos chinos para la construcción de grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo. En ese sentido, cabe destacar el megaproyecto del “Ferrocarril Bioceánico entre Perú y Brasil” que uniría el Puerto de Bayobar (en Piura, Perú) con el Puerto de Santos (en Sao Paulo, Brasil). Sin embargo, este no sería el único proyecto que despierte el interés de la RPC de invertir en el Perú, ya que existen otras interesantes propuestas como el megaproyecto del “Tren Ferroviario Panamericano Norte”,[6] presentado por el Ingeniero Peruano Dugald McLlellan al Colegio de Ingenieros del Perú. Al respecto, el ingeniero McLlellan manifiesta que -de materializarse este proyecto ferroviario, que recorrería 2740 kilómetros de la costa peruana (de Tumbes a Tacna)- se impulsarían las exportaciones y las importaciones, así como el desarrollo del turismo nacional, promoviendo la creación de más industrias de metal mecánica, incentivando la agroindustria, fortaleciendo el desarrollo industrial y creando nuevas áreas industriales a lo largo de todo su recorrido, paralelo a la Carretera Panamericana.[7]

Johnny Montalvo, corresponsal de “China Hoy” en Perú, asevera que la IFR trata de impulsar las conexiones políticas, comerciales, de capitales y de personas entre Asia y Europa, por lo que reconstruir los lazos que históricamente contribuyeron a configurar el mundo actual a través del comercio y el intercambio de ideas está en la base del proyecto. Del mismo modo, a través de esta iniciativa, se busca hacer realidad el sueño chino del “renacimiento de la gran nación china”. En ese sentido, para el año 2049, la RPC aspira a lograr la implementación de esta nueva ruta de integración y amistad entre los pueblos, conectando a una gran cantidad de países con China, pero también haciéndolos más dependientes del gigante asiático.

Es aquí donde países como el Perú deben desarrollar estrategias que les permitan contrarrestar los peligros o retos de establecer una fuerte dependencia con la RPC, ya que –tarde o temprano- la dependencia económica influirá en las decisiones políticas, diplomáticas y militares del país.

Conclusiones

A la fecha, el Perú ha firmado dos importantes Memorándums de Entendimiento con la RPC para facilitar las inversiones y el desarrollo de infraestructura en este país sudamericano. El primero de ellos, firmado en mayo de 2015, incluye a Brasil y comprende el financiamiento del Megaproyecto del “Ferrocarril Bioceánico entre Perú y Brasil”; mientras que el segundo de ellos, firmado en abril de 2019, permite la incorporación del Perú a la IFR. Al respecto, resulta significativo resaltar el interés de la RPC de incorporar al Perú a esta gran iniciativa, pero también resulta importante destacar tanto la oportunidad que significa para el Perú el hecho de poder recibir inversiones que permitan materializar significativos proyectos de infraestructura, como los grandes peligros y retos que involucra el desarrollo de una fuerte y –quizás- inevitable dependencia económica de la RPC.

Notas Finales:

  1. Dietmar Dirmoser, “La Gran Marcha china hacia el oeste. El mega proyecto de la nueva Ruta de la Seda”, Revista Nueva Sociedad n.° 270, ISSN: 0251- 3552 (julio – agosto 2017), https://nuso.org/articulo/la-gran-marcha-china-hacia-el-oeste/, (accedido el 12 de mayo de 2021).
  2. Consejo Nacional de Competitividad y Formalización, “Objetivos Priorizados. Política Nacional de Competitividad y Productividad”, Ministerio de Economía y Finanzas 1a. edición – enero 2019, aprobada por Decreto Supremo n.° 345-2018-EF (Lima, Perú: 31 de diciembre de 2018), https://www.mef.gob.pe/en/politica-nacional-de-competitividad-y-productividad-documento-resumen, (accedido el 14 de junio de 2021).
  3. Ministerio de Economía y Finanzas, “Plan Nacional de Infraestructura para La Competitividad” (2019), https://www.mef.gob.pe/contenidos/inv_privada/planes/PNIC_2019.pdf, (accedido el 14 de junio de 2021).
  4. Wang Yiwei, “Iniciativa Franja y Ruta”, citado en Ignacio Villagrán, [et al.]; compilado por Laura Lucía Bogado Bordazar; María Francesca Staiano; Matías Caubet. “China: una nueva estrategia geopolítica global (la iniciativa la Franja y la Ruta)” 1a ed. (La Plata: Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, 2019), Libro digital, Archivo Digital: ISBN 978-950-34-1761-4.1, https://www.iri.edu.ar/wp-content/uploads/2019/07/libroRutaDeLaSeda2019.pdf (accedido el 14 de junio de 2021), 72.
  5. BBC News Mundo, “Los países de América Latina que forman parte de la Nueva Ruta de la Seda de China”, BBC News Mundo (26 de abril de 2019), https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48071584, (accedido el 14 de junio de 2021.
  6. Dugald Mc Llellan, “Megaproyecto Tren Ferroviario Panamericano Norte Lima Tumbes 1380 Km”, Colegio de Ingenieros del Perú, https://docplayer.es/88916016-Megaproyecto-tren-ferroviario-panamericano-norte-lima-tumbes-km.html, (accedido el 12 de mayo de 2021).
  7. Carta del Ingeniero Dugald Mc Lellan al autor del artículo.

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Las ideas contenidas en este análisis son responsabilidad exclusiva del autor, sin que refleje necesariamente el pensamiento del CEEEP ni del Ejército del Perú

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