Este artículo ha sido publicado inicialmente en la Revista Seguridad y Poder Terrestre
Vol. 2 N.° 2 (2023): Abril – Junio
https://doi.org/10.56221/spt.v2i2.27
Resumen
La complejidad de las amenazas contra la seguridad y la defensa de los Estados merece el empleo del poder militar de manera resuelta, gradual, flexible y de amplio alcance que permita controlar el escalamiento del conflicto, manteniendo su alto potencial coercitivo. En ese sentido, las capacidades no cinéticas, más allá de contribuir con el desarrollo de las operaciones militares convencionales, aportan una amplia gama de opciones de aplicación del poder militar por debajo del umbral del conflicto armado, ya que brinda flexibilidad y mayor alcance al diseño y ejecución de una respuesta militar.
Palabras clave: Amenaza, Seguridad y Defensa, Poder Militar, Potencial Coercitivo, Capacidades no Cinéticas, Respuesta Militar.
Introducción
En el contexto de la competencia entre las grandes potencias, la dinámica de la defensa está marcada por un juego de acciones coercitivas que tienen como propósito obtener una ventaja estratégica sobre el adversario para imponer intereses y afianzar posiciones de poder sin llegar a un conflicto bélico. Por lo tanto, los medios militares y no militares se utilizan para controlar su avance.
Al respecto, las capacidades no cinéticas permiten la ejecución de acciones destinadas a causar un efecto letal o no sobre el adversario, sin el empleo directo de la fuerza física o energía generada. Por el contrario, las capacidades cinéticas generan y direccionan la fuerza hacia el adversario para lograr daño físico, alteración y destrucción, ocasionando efectos letales y no letales.[1] Por consiguiente, las capacidades no cinéticas ofrecen la posibilidad de graduar el empleo del poder militar en el amplio espectro del control del escalamiento del conflicto, ya que aportan flexibilidad y mayor alcance ante una eventual respuesta.
Las Fuerzas Armadas del Perú (FF.AA.) se desenvuelven en un ambiente operacional sumamente complejo y ambiguo. Se requiere una respuesta gradual y flexible para neutralizar las amenazas internas y externas que enfrentan, respetando el derecho internacional, los derechos humanos y la estabilidad de las relaciones internacionales en la región.
De esta manera, en el presente artículo, se analizarán las ventajas que ofrecen las capacidades no cinéticas en el diseño de una respuesta militar frente a las amenazas, la cual genera opciones que posibilitan el empleo del poder militar sin la necesidad de cruzar el umbral del conflicto armado o precipitar un escalamiento descontrolado de la violencia.
Respuesta Gradual y Flexible
Según el modelo de diseño operacional de las FF.AA. de los Estados Unidos (EE. UU.), los elementos que influyen en el planeamiento de las operaciones militares son el tiempo, el espacio y las fuerzas disponibles.[2] Asimismo, la interrelación de estos permite articular una respuesta adecuada ante una posible amenaza, al encontrase conectados en una dinámica sistémica. Por un lado, el espacio es la expresión física del estado final deseado, a través de objetivos en el terreno, áreas de responsabilidad donde se despliegan las fuerzas, ubicación y proyección de capacidades de sostenimiento, vías de comunicación y aspectos del medio ambiente operacional no físicas, como el espectro electromagnético y el ciber espacio. Por otro lado, el tiempo se conecta con el espacio y las fuerzas disponibles cuando se establecen las fases para la consecución de los objetivos estratégicos en los niveles operacionales y tácticos, influyendo en la organización y preparación de las dimensiones de la fuerza que llevará a cabo la operación.
Por consiguiente, existe una relación directa entre los elementos antes mencionados, los cuales se manifiestan en la cantidad de recursos puestos a disposición de las fuerzas desplegadas, directamente proporcional al espacio que se requiere ocupar para conseguir los objetivos planteados, en un tiempo determinado. Las capacidades no cinéticas son consideradas como parte de la fuerza desplegada,[3] integrando los factores intangibles que complementan el empleo del poder militar para el logro de una victoria rápida.
En contraste, según la estrategia de guerra prolongada, planteada por el expresidente chino Mao Tse Tung, la teoría de una victoria rápida se define según la correlación de fuerzas enfrentadas.[4] En julio de 1937, Japón invade China con la aplicación de un poder militar superior, llegando a ocupar gran parte del territorio del norte del país asiático, lo cual fue aprovechado como base para extenderse sobre las demás regiones. Mao Tse Tung, consciente de la superioridad de las fuerzas japonesas, diseña una respuesta militar contraria a la idea de una victoria basada en la rapidez. En este sentido, prolongar la guerra era adoptar una estrategia defensiva combinada con el empleo ofensivo de fuerzas no convencionales, a nivel táctico, que degraden las capacidades del adversario hasta que haya agotado sus recursos.[5]
Posteriormente, este equilibrio de fuerzas se consolida con el incremento del empleo de unidades convencionales y no convencionales, dependiendo de las zonas donde la correlación de fuerzas sea más favorable y se llegue a superar al adversario, logrando el quebrantamiento de su voluntad de lucha. Por consiguiente, las capacidades no cinéticas se agrupan en una organización complementaria denominada por Mao Tse Tung como “Frente Único”.
Por una parte, el diseño operacional reconoce la importancia de alcanzar los objetivos en el tiempo previsto para evitar un mayor empleo de recursos y un desgaste prematuro. Las fuerzas propias deben concentrarse antes que el adversario pueda renovar las suyas para evitar la pérdida de la iniciativa y lograr una victoria rápida.[6]
Por otro lado, en la estrategia de guerra prolongada, el tiempo juega en contra de las fuerzas superiores, cuya degradación es acelerada por las acciones ofensivas del defensor, que evita el combate decisivo hasta que se logre una correlación de fuerzas más favorable. En ambos casos, se reconoce la influencia de los factores del tiempo y espacio en el diseño de una respuesta militar, de acuerdo con las exigencias del ambiente operacional y las características propias de la amenaza por enfrentar.
Por debajo del umbral del conflicto armado, las capacidades no cinéticas ganan mayor relevancia, debido a su naturaleza intangible y a sus efectos sobre el adversario. La rigidez de los elementos del espacio y tiempo se diluyen en el espectro del control del escalamiento del conflicto, dejando abierta la posibilidad de emplearlas sin estar expuestos al desgaste que supone un despliegue convencional.
Normalmente, las capacidades antes mencionadas son complementarias cuando se desarrollan en un conflicto armado, bajo el enfoque de operaciones multidominio. Sin embargo, cuando se emplea de forma independiente puede tener resultados decisivos. Por ejemplo, en el año 2010, el programa de armas nucleares iraní se encontraba avanzado y con una proyección favorable, lo cual afectaba directamente la estabilidad de occidente, particularmente de Israel. Repentinamente, las centrifugadoras que servían para el enriquecimiento de Uranio empezaron a fallar, causando demoras catastróficas en el desarrollo del programa nuclear iraní.[7] Después, se detectó que el desperfecto de las centrifugadoras había sido generado por el virus informático “Stuxnet”,[8] el mismo que afectó el programa nuclear iraní mediante un ataque cibernético. De esta manera, la capacidad no cinética de guerra cibernética proporcionó una solución efectiva y flexible que puso a occidente en una posición ventajosa ante el incremento de la amenaza nuclear de Irán, sin la necesidad de cruzar el umbral del conflicto armado.
Mayor Alcance en la Aplicación del Poder Militar
El ejército de los EE.UU., tuvo la iniciativa para desarrollar la doctrina multidominio, a fin de modernizar el empleo del poder militar, en la compleja dinámica de competencia con las otras potencias globales. El propósito fue que las FF.AA. prevalezcan sobre los adversarios de manera permanente, venciéndolos a través del poder militar durante un conflicto armado.[9] Al respecto, las capacidades militares son integradas para lograr un efecto convergente sobre los puntos decisivos que conllevan a la conquista de sus objetivos, obteniendo una victoria rápida.
No obstante, el enfoque multidominio también contempla el empleo del poder militar en escenarios de conflicto, a través del uso de las capacidades que contribuyan a la coerción del adversario, evitando la generación de puntos muertos que le permitan explotar ambigüedades políticas y posturas estratégicas predecibles por las FF. AA. del país norteamericano.[10]
Además, las capacidades no cinéticas adquieren relevancia en la aplicación del poder militar en situaciones ambiguas, al ofrecer mayores opciones para configurar una respuesta militar sin la necesidad de un despliegue de fuerzas convencionales que genere un escalamiento descontrolado del conflicto y mayor empleo de recursos. En ese contexto, la amplitud de posibilidades en la aplicación del poder militar permite identificar y explotar las vulnerabilidades del adversario, al mismo tiempo que lo obliga a responder a múltiples amenazas, lo que tiene un efecto dislocante sobre sus elementos de comando y control.[11]
En contraste, Rusia y China, considerados por los EE.UU. como potenciales enemigos, desarrollaron capacidades no cinéticas dentro de la dinámica de empleo del poder militar. Ambos países emplearon los siguientes métodos ambiguos: (1) la coerción diplomática y económica, (2) la guerra no convencional, (3) la guerra de la información, (4) la agudización de conflictos étnicos, religiosos e ideológicos y (5) el empleo encubierto de fuerzas convencionales de forma limitada.[12]
Por ejemplo, la anexión de Crimea a la Federación Rusa se realizó bajo las características de la guerra de zona gris,[13] cuyo rasgo principal fue el rol protagónico de las capacidades no cinéticas en cinco modalidades conocidas: (1) ataques encubiertos, (2) operaciones de información, (3) empleo de fuerzas proxi, (4) coerción económica e (5) invasión de territorio.[14] Los rusos iniciaron su operación con el despliegue de unidades militares ambiguas sin distintivos de orden de batalla (Little Green Men),[15] bajo el pretexto de cumplir con misiones de paz; sin embargo, su verdadero objetivo fue el control de la población ucraniana. Esta situación estuvo integrada por una política internacional de apoyo a los países con influencia rusa, medidas económicas coercitivas, desarrollo de operaciones de inteligencia y propaganda, así como una bien desarrollada y permanente campaña de información. En consecuencia, la Federación Rusa desplegó una estrategia de guerra en la zona gris, basada en sus capacidades no cinéticas e integradas a sus medios de coerción no militares para conseguir la anexión de Crimea.
La naturaleza ambigua de las capacidades no cinéticas ofrece una ventana de oportunidades a los líderes estratégicos para acceder al proceso de formulación de estrategias de nivel político, con la finalidad de articular los instrumentos del poder nacional.[16] Así, una respuesta militar se puede alinear con mayor facilidad a los medios no militares que forman parte del sistema de defensa nacional. Además, contribuyen a la preparación del ambiente operacional para estar en condiciones de enfrentar las amenazas desde una posición cognitiva favorable que conlleve a la derrota del adversario.[17] Por último, potencian el desarrollo de las operaciones, facilitando la configuración de una situación ventajosa para el cumplimiento de la misión en un despliegue convencional.
Las Capacidades no Cinéticas en las Fuerzas Armadas del Perú
América Latina no es ajena a la complejidad del ambiente operacional, debido a la constante acción de actores estatales y no estatales que erosionan la estabilidad política, de defensa y de seguridad.[18] Como resultado, las amenazas emergentes encuentran un ambiente de seguridad inestable que favorece el incremento de sus actividades en contra del orden constitucional de los países de la región.
El Perú, en su historia reciente, empleó el poder militar para defenderse de las agresiones externas, así como para enfrentar grupos armados internos empeñados en subvertir el orden constitucional en su beneficio. Por consiguiente, las FF.AA., deben estar en condiciones de atender la defensa nacional, diseñando una eficaz respuesta militar que pueda repeler las amenazas que surjan en este complejo ambiente operacional, marcado por el accionar de organizaciones criminales transnacionales que atentan no solo la soberanía e integridad territorial, sino la estabilidad y seguridad del país.
Por consiguiente, el uso del poder militar en este complejo ambiente operacional (en el que se conjugan amenazas internas y externas) debe mantener una racionalidad, a fin de alcanzar los objetivos deseados. El control territorial, articulado con la selección de objetivos de alto valor, constituyen un criterio de empleo eficiente del poder militar que permite dosificar el uso de recursos en el cumplimiento del rol de las FF.AA. Asimismo, es necesario sostener un esfuerzo disuasivo sobre los actores estatales y no estatales que materializan las amenazas en la complejidad del ambiente operacional regional, requiriéndose una respuesta militar flexible y de mayor alcance que ofrezca una gran variedad de posibilidades basadas en la diversidad de sus capacidades. En este sentido, las capacidades no cinéticas aportan una valiosa contribución al empleo del poder militar.
Al respecto, las FF.AA., deben aprovechar las ventajas que ofrecen las capacidades no cinéticas para dominar el ámbito de la seguridad y la defensa, mediante un esfuerzo conjunto que permita: (1) la optimización de la administración de personal, la estructura organizacional y adquisición de material; (2) la revisión, monitoreo y actualización de la doctrina, entrenamiento y educación; (3) el mejoramiento de la infraestructura; y (4) el fortalecimiento del liderazgo.[19]
Conclusiones
Una respuesta militar que considera las capacidades no cinéticas ofrece dos ventajas significativas. La primera consiste en la flexibilidad del diseño de una respuesta militar gradual, debido a su mínima dependencia de los factores de espacio y tiempo, facilitando el control del escalamiento del conflicto por medio de la disuasión y acciones militares de baja intensidad. Por ende, las capacidades no cinéticas como la inteligencia, información, operaciones psicológicas y asuntos civiles se desarrollan de forma permanente y no se someten a la presión de una victoria rápida. Asimismo, la segunda ventaja lo constituye su mayor alcance, pues ofrece diversas opciones de empleo del poder militar ante amenazas ambiguas; por ende, una respuesta militar, basada en capacidades no cinéticas, tiene un espectro mayor, desde las operaciones militares diferentes a la guerra hasta una aplicación del poder militar de baja intensidad (por debajo del umbral del conflicto armado).[20]
Sin duda, estas capacidades facilitan la formulación de una respuesta militar gradual que controle el escalamiento de la violencia, ejerza coerción y evite cruzar el umbral del conflicto armado. En ese sentido, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas debe desarrollar, fortalecer e integrar las capacidades no cinéticas, trabajando directamente sobre los factores de capacidad y explotando las fortalezas de las instituciones armadas para lograr una relación sinérgica que permita dominar el ambiente operacional y, de esta forma, enfrentar amenazas ambiguas.
Notas finales:
- U.S. Air Force Curtis E. Lemay Center for Doctrine and Education, “The Coercion Continuum”, Operations and Planning, AFDP 3-0, Doctrine Air Force (Alabama: 4 de noviembre de 2016), 53, https://www.doctrine.af.mil/Portals/61/documents/AFDP_3-0/3-0-AFDP-OPERATIONS-PLANNING.pdf (consultado el 18 de enero de 2023). ↑
- U.S. Joint Chiefs of Staff, “Capítulo IV: Diseño Operacional”, Joint Planning, Joint Publication 5-0 (Washington, DC: U.S. Joint Chiefs of Staff, December 1, 2020), 19. ↑
- Ibíd., 20. ↑
- Mao Tse Tung, “Sobre la Guerra prolongada”, Obras Escogidas de Mao Tse Tung, (Pekin: Ediciones en lenguas extranjeras, 1976), 135, https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/PW38s.html#s5 (consultado el 3 de noviembre de 2022). ↑
- Ibíd., 141. ↑
- U.S. Joint Chiefs of Staff, Joint Planning, 30. ↑
- Anthony H. Cordesman y Grace Hwang, “The Other Sides of Renegotiating the JCPOA Iran Nuclear Agreement”, Center for Strategic and International Studies (15 de abril de 2021), https://www.csis.org/analysis/other-sides-renegotiating-jcpoa-iran-nuclear-agreement (consultado el 3 de noviembre de 2022). ↑
- BBC, “El Virus que Tomó Control de Mil Máquinas y Les Ordenó Autodestruirse”, British Broadcasting Corporation BBC News Mundo (11 de octubre de 2015), https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151007_iwonder_finde_tecnologia_virus_stuxnet (consultado el 6 de noviembre de 2022). ↑
- U.S. Army TRADOC, “The U.S. Army in Multi-Domain Operations 2028”, TRADOC Center Pamphlet 525-3-1 (6 de diciembre de 2018), v, https://adminpubs.tradoc.army.mil/pamphlets/TP525-3-1.pdf (consultado el 6 de noviembre de 2022). ↑
- Ibíd., 15. ↑
- Ibíd., 21. ↑
- Ibíd., 7. ↑
- Jack Watling, “We Need to Relearn How to Do Deterrence”, RUSI (5 de diciembre de 2019) https://rusi.org/explore-our-research/publications/commentary/we-need-relearn-how-do-deterrence (consultado el 9 de noviembre de 2022). ↑
- “The Gray Zone Warfare”, Qinetiq (2022), https://www.qinetiq.com/en/insights/grey-zone-warfare (consultado el 9 de noviembre de 2022). ↑
- Center for Strategic and International Studies, “Gray Zone Tools: Use of Ambiguos Forces”, YouTube video 3’ 15’’ (7 de diciembre de 2018), https://www.youtube.com/watch?v=hW_Ne4Cjvjk&t=5s (Minuto 1:23, consultado el 9 de noviembre de 2022). ↑
- U.S. Army TRADOC, TRADOC Center Pamphlet 525-3-1, 24. ↑
- Ibíd., 47. ↑
- Evan Ellis, “Latin America’s Perfect Storm”, Global Americans (31 de agosto de 2022) https://theglobalamericans.org/2022/08/latin-americas-perfect-storm/ (consultado el 6 de noviembre de 2022). ↑
- U.S. Department of Defense, “DoD Architecture Framework Version 2.02”, Chief Information Officer DoDAF (2022), https://dodcio.defense.gov/Library/DoD-Architecture-Framework/dodaf20_capability_mm/ (consultado el 18 de enero de 2023). ↑
- Robert Worley, “Chapter 7: Instruments of Power”, Orchestrating The Instruments of Power: A Critical Examination of The U.S. National Security System, (Lulu Press, 2012), 277. ↑