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Destrucción de la Seguridad Hídrica y Minería en el Sur del Perú: ¿Un Atentado a las Generaciones Futuras?

Este artículo ha sido publicado inicialmente en la Revista Seguridad y Poder Terrestre
Vol. 3 No. 1 (2024): enero a marzo
DOI: https://doi.org/10.56221/spt.v3i1.48


Resumen

Las sequías en los Andes han aumentado en frecuencia en los últimos años, provocando la pérdida de ríos, lagos y lagunas debido a las elevadas temperaturas diurnas, especialmente en las estaciones no lluviosas. El lago Titicaca, considerado el lago más alto navegable del mundo, ha retrocedido cientos de metros, alcanzando niveles alarmantes y perdiendo más de 75 cm de su nivel. ¿este problema tendrá que ver con la disminución de los glaciares andinos? Y ¿afectará a la seguridad hídrica de la población en la costa del Pacífico, los Andes y la Amazonía?.

En contraste, la población nacional, afectada por un sistema educativo carente de perspectiva futura, evade la discusión y la preocupación por los recursos vitales estratégicos como las reservas de agua dulce en los glaciares, la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad de los suelos agrícolas. El monitoreo y análisis geoespacial de los dos sistemas glaciares más importantes del sur del Perú, utilizando imágenes satelitales y el catastro de actividades extractivas, revelan una destrucción sistemática de la seguridad hídrica en la región.

A pesar de la creciente preocupación expresada en los últimos años por la población, los medios de comunicación y las instituciones gubernamentales frente a las persistentes sequías en los Andes, se evidencia una falta de conciencia sobre las actividades humanas permitidas por el Estado y el sector privado en relación con los glaciares. En consecuencia, se concluye que las políticas y normativas nacionales vinculadas con la gestión y utilización de recursos esenciales, como las reservas de agua dulce (glaciares), deben experimentar cambios urgentes. Ante esta coyuntura, la responsabilidad de preservar estas reservas de agua dulce en los glaciares insta a las generaciones más jóvenes a no permitir que se atente contra sus intereses. En última instancia, se requieren estrategias de producción de conocimiento con un fuerte énfasis en la valoración local e integración de la ciencia, la política y la comunidad para desarrollar enfoques sólidos de defensa, conservación, adaptación, ajustados a nivel local y transformadores.

Palabras clave: Seguridad Hídrica, Glaciares, Actividades Extractivas, Estrés Hídrico, Cambio Climático.

Introducción

El Perú se encuentra limitado por la falta de conocimiento generado a partir del cultivo del pensamiento crítico. Los problemas fundamentales, como el estrés hídrico, se intensificarán si no se fomenta una discusión reflexiva y realista que busque identificar sus causas. En los últimos años, las sequías fueron uno de los fenómenos naturales más recurrentes en los Andes, superando incluso el estiaje de los ríos, lagos y lagunas. A causa de las elevadas temperaturas diurnas, manantiales, ríos y lagunas se han secado, y el lago más alto navegable del mundo, el Titicaca, retrocedió cientos de metros, alcanzando niveles alarmantes y perdiendo más de 75 cm de su nivel.

Es esencial destacar que los cuerpos de agua en la cordillera andina reciben aportes de ríos alimentados por masas de hielo y manantiales, los cuales se nutren de aguas subterráneas provenientes de estas formaciones glaciares. En consecuencia, las alteraciones en la dinámica de estos cuerpos de hielo cordilleranos afectan la seguridad hídrica en la costa pacífica, la cordillera y la Amazonía, comprometiendo también la resiliencia de los ecosistemas relacionados con el agua y sus servicios. Asimismo, las extensiones de hielo en la cadena montañosa de la cordillera andina representan una fuente esencial de suministro de agua para las comunidades que dependen del flujo hídrico descendente. Estas aguas contribuyen a los caudales durante la estación seca y mantienen diversos ecosistemas. En otras palabras, la seguridad hídrica de la costa pacífica y la Amazonía está intrínsecamente vinculada a la sostenibilidad del flujo hídrico en la cordillera andina, donde los glaciares cumplen la función de almacén o reserva para periodos de estrés hídrico. La disminución de estas masas de hielo y la capa de nieve conlleva una constante reducción de la escorrentía estacional, generando implicaciones significativas para la seguridad hídrica aguas abajo. Esto se traduce en diversos riesgos, tanto hidrosociológicos como políticos, que incluyen la disminución y la menor confiabilidad en la disponibilidad de agua, cambios en la calidad del agua y alteraciones en otros ecosistemas.

Los impactos de la disminución de la masa glaciar y los cambios en la capa de nieve provocan la pérdida de sistemas de vida humana y formas de producción agrícola en alta montaña. No existe una supervisión bien desarrollada de los sistemas naturales y humanos pertinentes;[1] la mayoría de los países muestran una red de monitoreo «poco desarrollada» o ninguna red en absoluto. Solo seis naciones de América del Norte y Europa, mantienen una estrategia de vigilancia de glaciares «bien desarrollada». En estas regiones, los parámetros meteorológicos también suelen estar mejor supervisados. Las nuevas técnicas de teledetección tienen el potencial de proporcionar un seguimiento más extenso de los glaciares y la capa de nieve; sus aplicaciones recientes incluyen recuperaciones semanales de la profundidad de la nieve para el hemisferio norte y variaciones del espesor del hielo glaciar resueltas globalmente.[2] (Drenkhan, 2023).

La escasez de datos observacionales tiene consecuencias directas para las proyecciones futuras, para restringir los parámetros del modelo, a través de la validación cruzada y mejorar la comprensión del proceso. Por ejemplo, las fluctuaciones de masa glaciar todavía no están adecuadamente representadas en modelos computacionales (por ejemplo, a través de la parametrización adecuada del balance energético y las ecuaciones de flujo de hielo), lo que lleva a una incertidumbre sustancial en las proyecciones futuras.[3]

Las brechas de conocimiento se extienden más allá de la criósfera. La disponibilidad de aguas abajo está determinada por una hidrología de cuenca más amplia, desde la totalidad de almacenes de agua superficial y subterránea criosféricos y no criosféricos.[4] Por ejemplo, los datos sobre precipitaciones no criosféricas en zonas montañosas son cruciales para evaluar la disponibilidad de agua y siguen siendo un desafío importante en términos de disponibilidad, continuidad y calidad.[5] La topografía montañosa compleja da lugar a fuertes gradientes atmosféricos locales como los efectos orográficos y hace que los modelos climáticos de resolución gruesa sean predictores imprecisos de futuros cambios. Además de los problemas de escala, siguen prevaleciendo las incertidumbres sobre los patrones de circulación atmosférica a gran escala: el monzón del sur de Asia[6] o los patrones de viento zonales que controlan el transporte de humedad desde el Amazonas hasta los Andes[7] que ejercen un control importante sobre los regímenes de precipitación a escala regional. Como resultado, incluso el signo de un futuro cambio de precipitación sigue siendo a menudo poco claro y debatido. Sin embargo, el Sexto Informe de Evaluación más reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) confirma la tendencia general de que los extremos climáticos se intensifican con regiones húmedas (secas) cada vez más húmedas (más secas) con eventos de fuertes precipitaciones más pronunciadas en algunas regiones montañosas.[8] Las incertidumbres en torno a la frecuencia y magnitud de futuras sequías y sus implicaciones para la gestión del agua siguen siendo altas. Existen lagunas de datos similares para otros procesos hidrológicos, como la humedad del suelo, la dinámica de la vegetación y las aguas subterráneas.

La dinámica y el flujo entre actividades extractivas, factores locales socioeconómicos, demanda de agua y la capacidad de adaptación, en el Perú, no se estudian de forma sistémica. La precariedad del sistema educativo tiene repercusiones en el crecimiento de la economía informal, ilegal hasta delictiva. La población observa una oportunidad en la minería informal y formal sobre los glaciares que pone en riesgo la sostenibilidad de las reservas de agua dulce. Además, el incremento y la expansión de la agricultura intensiva aumentarán la presión futura sobre la asignación y el acceso a los recursos hídricos.

Es evidente una débil gobernanza del agua, ya que los conflictos por la crisis hídrica han incrementado, en gran medida, en los últimos años, lo que lleva a un aumento del estrés hídrico. No se promueve ni se motiva el debate o rescate de sistemas de gestión ancestral sostenibles. Garantizar la seguridad hídrica de las montañas requiere una comprensión holística de los complejos vínculos entre los cambios criosféricos, el cambio climático y los sistemas humanos y naturales acoplados aguas abajo.[9]

La responsabilidad local y regional es absolutamente precaria respecto a la conservación de fuentes de agua para las futuras generaciones. Las entidades públicas no están interesadas en la participación local ni en estudios de investigación transdisciplinarios que permitan el desarrollo de estrategias locales y regionales de adaptación efectivas. Las estrategias basadas en medidas incrementales no avanzan a la misma velocidad de la creciente gravedad de los impactos del cambio climático y los límites potenciales de los procesos de adaptación actuales.

No existen universidades, científicos y responsables políticos que busquen con determinación la sostenibilidad de la vida a largo plazo en el altiplano y los Andes. Si se quiere evitar la pérdida de manantiales, ríos, lagunas, inclusive el lago más alto navegable del mundo, el Titicaca, la población nacional, opacada por un sistema educativo medieval sin prospectiva, no hace visible los problemas que pueden poner en riesgo la supervivencia de toda la población. Mucho menos evita actividades económicas que atentan contra la seguridad hídrica de todo el país, en especial, a los intereses de las futuras generaciones.

Selección de glaciares tropicales en el sur del Perú: Ananea y Barroso

Se eligieron dos sistemas de glaciares tropicales en el sur del Perú: Ananea y Barroso. El nevado de Ananea, con una altitud de 5,500 m.s.n.m., forma parte de la cordillera Apolobamba, abarcando territorio peruano y boliviano. Está ubicado en el departamento de Puno, entre las coordenadas 14º 25’ – 14º 44’ de latitud sur y 69º 13’ – 69º 32’ de longitud oeste, con una longitud lineal de aproximadamente 40 km desde la frontera con Bolivia hasta las cercanías de la cordillera Carabaya. Por otro lado, el nevado Barroso, con una altitud de 5,815 m.s.n.m., se encuentra a 49 kilómetros al noreste de la ciudad de Tacna. Su ubicación abarca los 16° 41′ y 17° 37′ de latitud sur, y los 69° 45′ y 70° 40′ de longitud oeste, atravesando los departamentos de Tacna (provincias de Tacna, Tarata y Candarave) y Moquegua (provincia Mariscal Nieto).

Para la investigación de estos glaciares, se emplearon registros de la base del Ministerio del Ambiente (MINAM) y se identificaron imágenes satelitales con información espacial en la base de datos de la United States Geological Survey-National Aeronautics and Space Administration (USGS-NASA). Se descargaron imágenes satelitales en formato TIFF de LandSat 8 OLI y Sentinel 2A de las áreas de glaciares en análisis, teniendo en cuenta la viabilidad espectral. Además, con el propósito de evaluar la existencia de riesgos de origen humano, se llevó a cabo el procesamiento geoespacial de la información de la zona glaciar en formato raster y se superpusieron los derechos mineros otorgados por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMET) en formato vectorial.

El archivo en formato vectorial de las superficies destinadas a la exploración y explotación por entidades privadas se obtuvo a partir del catastro minero de INGEMET. La superposición de actividades mineras sobre la superficie glaciar se realizó mediante la unión de capas raster de imágenes satelitales LandSat 8 OLI y Sentinel 2A (formato TIFF, formato TIFF, Tagged Image File Format) y la capa vectorial (formato shape) del catastro minero de GEOCATMIN de INGEMET. La validez y fiabilidad de ambos conjuntos de datos, tanto raster como vectorial, se constataron con exploración en el terreno. Para el geoprocesamiento de las imágenes obtenidas y su análisis, se empleó QuantumGIS y sus complementos.

Impacto de la Minería en Glaciares Peruanos

Los resultados evidencian que, en los últimos años, se han establecido actividades de exploración y explotación minera con un impacto térmico significativo en los dos nevados estudiados. Estas abarcan desde la extracción de recursos minerales a gran escala hasta la minería formal e ilegal. Tanto la gran minería como la minería formal e informal utilizan energía por combustión en diversas formas para la extracción del mineral, lo que resulta en un aumento de la concentración de calor. Según la ley de la termodinámica, esto eleva la temperatura en la zona glaciar, acelerando así el proceso de desglaciación.

Este aumento en el nivel de desglaciación no sólo se debe a la radiación calorífica generada por los diversos procesos industriales y tecnológicos extractivos durante las etapas de exploración y explotación, sino a la presencia de actividades antrópicas directa e indirectamente relacionadas con la extracción de minerales. Estas acciones tienen un impacto drástico en la sostenibilidad de la masa glaciar. A continuación, se describe y presenta la extensión de la actividad extractiva sobre la cobertura glaciar en cada uno de los glaciares estudiados.

Figura 1: Nevado Ananea y Unión de Capas con Catastro Minero sobre Glaciares

En el primer mapa, se exhibe la superficie del glaciar Ananea en formato Geo TIFF obtenido de LandSat 8 OLI, mientras que en el segundo, se representa la superposición de los derechos mineros otorgados por el MINAM a entes privados sobre el nevado de Ananea. Este último destaca la intersección de la información del catastro minero con la extensión geográfica del glaciar Ananea, proporcionando una clara visión de la distribución de las concesiones mineras en relación con la topografía del glaciar.

Figura 2: Nevado Barroso Unión de Capas con Catastro Minero sobre Glaciares

Se exhiben dos representaciones cartográficas: la primera ilustra la superficie del glaciar Barroso en formato Geo TIFF, obtenida de Sentinel 2A MSI, mientras que la segunda refleja la superposición de los derechos mineros otorgados por el MINAM a entes privados sobre el glaciar Barroso. En este último mapa, se aprecia la integración de capas de información del catastro minero sobre la superficie glaciar, resaltando la expansión de las concesiones mineras en relación con la topografía del glaciar Barroso.

Después de fusionar las capas raster de la superficie glaciar en formato TIFF y la capa vectorial de la cartografía del catastro minero en formato shape, se realiza un análisis espacial del sistema glaciar, evidenciado en la Figura 2. Con una extensión total de 42.6 km2, se destaca que el 75 % de la superficie glaciar se ve amenazada por el flujo térmico minero, lo que podría tener consecuencias catastróficas en las próximas décadas para Tacna, una de las regiones con un elevado riesgo de estrés hídrico.

Prioridades en la Seguridad Hídrica

1. La seguridad hídrica emerge como una necesidad vital para la supervivencia. Sin embargo, los resultados indican que para gran parte de la población peruana que reside en los Andes y para los impulsores de actividades económicas extractivas, este aspecto no es una prioridad.

2. En las figuras presentadas en los resultados, se refleja que el MINAM, en lugar de proteger los intereses de la población, permite la destrucción de los glaciares. El catastro minero a nivel nacional registra derechos mineros otorgados a entes privados que abarcan el 100 % de la superficie glaciar del nevado Ananea y el 75 % del nevado Barroso.

3. A pesar de la creciente preocupación por las sequías en los Andes, la población no ha advertido que durante décadas se han permitido actividades antrópicas promovidas tanto por el Estado como por el sector privado sobre los glaciares, lo cual tendrá consecuencias catastróficas para las futuras generaciones.

4. Es imperativo cambiar urgentemente las numerosas políticas y normas nacionales relacionadas con la gestión y empleo de recursos vitales estratégicos como el agua dulce (glaciares), biodiversidad y suelos agrícolas. La participación activa de las generaciones jóvenes es esencial, ya que serán las más afectadas por los problemas actuales.

5. La responsabilidad de conservar las reservas de agua dulce sobre los glaciares recae en las generaciones de niños y jóvenes. Se necesita una estrategia integral de producción de conocimiento que involucre la valoración local e integre ciencia, política y comunidad para desarrollar estrategias de adaptación sólidas, adaptadas localmente y transformacionales.

6. Las estrategias de defensa y adaptación deben basarse en sistemas locales de conservación de ecosistemas, utilizando conocimientos ancestrales. La defensa de recursos vitales es un derecho de la sociedad y la adaptación debe ir más allá de las directrices externas, abordando las causas fundamentales de las vulnerabilidades.

7. Se requiere la formación de una nueva masa crítica y una élite política alejada de tradicionalismos coloniales. Los conocimientos locales indígenas podrían convertirse en soluciones efectivas, como se observa en la teorización de «soluciones basadas en la naturaleza» (NBS) en países con poder económico y político.

8. El surgimiento de una generación joven comprometida con su futuro podría impulsar la formación de capacidades para la gestión efectiva de las cabeceras de agua, implementando sistemas sostenibles, restauración forestal, conservación de humedales y enfoques innovadores para mantener la calidad del agua.

Conclusiones

Reconociendo que las normas son creadas por seres humanos y, por ende, pueden ser modificadas por decisión de los interesados, es imperativo abogar por un cambio urgente en las políticas y normas nacionales relacionadas con la gestión de recursos vitales estratégicos, como las reservas de agua dulce representadas por los glaciares. La responsabilidad de conservar estas reservas recae directamente en las nuevas generaciones de niños y jóvenes. Por lo tanto, se les insta a organizarse y participar activamente en la gobernanza del agua, asumiendo un papel proactivo para evitar atentados contra sus intereses. En este contexto, es esencial reconocer que todo individuo que considere tener algún grado de humanidad en su existencia debe permitir el flujo de estrategias de producción de conocimiento. Dichas estrategias deben poner un énfasis especial en la valoración local e integrar efectivamente la ciencia, la política y la comunidad para desarrollar estrategias robustas de defensa, conservación, adaptación y transformación, adaptadas a las necesidades locales.

Notas finales:

  1. Gärtner-Roer, Nussbaumer, Hüsler & Zemp, «Worldwide assessment of national glacier monitoring and future perspectives», Mountain Research and Development 39 (2019), A1–A11.
  2. Fabian Drenkhan, et al, «Looking beyond glaciers to understand mountain water security», Nature Sustainability 6, n.º 2 (2023), 130-138.
  3. Marzeion, et al, «Partitioning the Uncertainty of Ensemble Projections of Global Glacier Mass Change», Earth’s Future 8 (2020), 1–25.
  4. Mackay, et al, «Proglacial groundwater storage dynamics under climate change and glacier retreat», Hydrol Process 34, (2020),5456–5473; Somers, et al, «Groundwater Buffers Decreasing Glacier Melt in an Andean Watershed—But Not Forever», Geophys. Res. Lett. 46, (2019)13016–13026.
  5. Shahgedanova, et al, «Mountain Observatories: Status and Prospects for Enhancing and Connecting a Global Community», Mt. Res. Dev. 41 (2021).
  6. Drenkhan, et al, «Looking beyond glaciers to understand mountain water security», Nature Sustainability 6(2) (2023),130-138; Doblas-Reyes, et al, «Linking Global to Regional Climate Change», In Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change (eds. Masson-Delmotte, et al.). Cambridge University Press, (2021).
  7. Neukom, et al, «Facing unprecedented drying of the Central Andes? Precipitation variability over the period AD 1000–2100», Environmental Research Letters (2015),10, 1–13.
  8. Douville, et al, «Water Cycle Changes», in Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change (eds. Masson-Delmotte, V. et al.) Cambridge University Press, (2021).
  9. Fabian Drenkhan, et al, «Looking beyond glaciers to understand mountain water security», Nature Sustainability 6, n.º 2 (2023), 130-138.

 

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Las ideas contenidas en este análisis son responsabilidad exclusiva del autor, sin que refleje necesariamente el pensamiento del CEEEP ni del Ejército del Perú

Imagen: CEEEP

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