Este texto fue publicado originalmete en el libro América Latina en la Nueva Geopolítica Global.
Resumen
El crimen organizado constituye no solo una amenaza estratégica para Latinoamérica, sino también un grave riesgo para la Unión Europea. La dimensión del crimen organizado en el subcontinente americano alcanza magnitudes que excede, en muchas ocasiones, las capacidades de los gobiernos para enfrentarlo, amenazando su estabilidad institucional y deteriorando gravemente la convivencia en sus sociedades. En un entorno delictivo interconectado a ambos lados del Atlántico, se recurre cada vez más a la violencia, la corrupción y las estructuras empresariales legales. Para enfrentar estos importantes desafíos, es crucial fomentar una colaboración birregional entre la Unión Europea y América Latina en materia de seguridad. Esta cooperación debe tener un carácter estructural y ser sostenida a lo largo del tiempo, estableciendo mecanismos efectivos de coordinación para abordar las amenazas comunes a ambos hemisferios, especialmente en relación con el narcotráfico, la trata de personas, el blanqueo de capitales, el tráfico de armas y la ciberdelincuencia.
Palabras clave: Crimen organizado, cooperación policial, seguridad, Unión Europea, América Latina.
Introducción
El crimen organizado constituye no solo una amenaza estratégica para Latinoamérica, sino también un grave riesgo para la Unión Europea (UE), ya que Europa está desplazando a Estados Unidos (EE. UU.) como principal receptor de la cocaína proveniente del continente sudamericano. En ese contexto, el control del crimen organizado sobre algunos Estados tiene implicaciones geoestratégicas importantes, incluyendo las posibles alianzas con potencias totalitarias en su guerra contra las democracias liberales, el aumento de la presión migratoria o el desafío a la seguridad y la convivencia.
El narcotráfico sigue siendo la actividad principal y más rentable de la criminalidad organizada en todo el mundo, especialmente en Latinoamérica. La dimensión del crimen organizado en el subcontinente americano alcanza magnitudes que excede, en muchas ocasiones, las capacidades de los gobiernos para enfrentarlo, amenazando su estabilidad institucional y deteriorando gravemente la convivencia en sus sociedades. Las organizaciones criminales más violentas del mundo están asentadas en esta región.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en su Informe Mundial de Drogas 2022, señala que el 74 % de la cocaína sale principalmente de Colombia y Ecuador por la ruta del Pacífico Oriental, el 16 % sale de Colombia por la ruta del Caribe Occidental, y el 8 % sale de Venezuela y Colombia por la ruta del Caribe.[1] Un análisis de la situación de los países más afectados por esta lacra revela que el crimen organizado ha penetrado en el Estado, las organizaciones políticas y la misma sociedad.
El problema del crimen organizado tiene un trasfondo político y social que es necesario abordar, más allá de las políticas de seguridad. Las desigualdades, la corrupción y la violencia que afectan a muchos países latinoamericanos, acompañadas de frecuentes movilizaciones sociales y conflictos políticos, dificultan la estabilidad necesaria para implementar estrategias a largo plazo que sean efectivas en esta lucha. Asimismo, persisten problemas como el grave desequilibrio macroeconómico, la elevada deuda externa, una inflación descontrolada y altas tasas de desempleo que alimentan la conflictividad social y la inestabilidad política. A esto se suma el poder alcanzado por las estructuras del crimen organizado, que en muchas circunstancias sustituyen al propio Estado, permeando en la administración pública por la corrupción existente en sus distintos niveles.
Este escenario crea el caldo de cultivo que las grandes organizaciones criminales aprovechan para atacar la democracia y rechazar el pluralismo, con el fin de ejercer el poder sin ningún control y promover sus intereses delictivos. Adicionalmente, las redes criminales del narcotráfico están incrementando el suministro de cocaína al mercado global debido a un notable aumento en su cultivo. En un entorno delictivo interconectado a ambos lados del Atlántico, se recurre cada vez más a la violencia, la corrupción y las estructuras empresariales legales, utilizando testaferros para blanquear sus ganancias ilícitas.
Europa y Latinoamérica son socios naturales, unidos no solo por una extensa red de acuerdos que abarcan a la mayoría de los países, sino también por sólidos vínculos económicos, al ser la UE el primer inversor en la región, el tercer mayor socio comercial y el mayor contribuyente en programas de cooperación al desarrollo. Por ello, en este artículo se hace un breve repaso de las principales iniciativas de cooperación que se han puesto en marcha entre Europa y Latinoamérica en la lucha contra el crimen organizado, tanto en el ámbito multilateral como a través de programas bilaterales específicos con aquellos países donde el problema es especialmente acuciante. Finalmente, se aborda la cooperación bilateral que España mantiene con varios de estos países.
El Desafío Compartido de Seguridad y la Cooperación Multilateral
El narcotráfico no solo representa la actividad más lucrativa del crimen organizado, sino también una grave amenaza para Latinoamérica y Europa, que ya está desplazando a EE. UU. como principal receptor de la cocaína procedente de ese hemisferio. En América del Sur están asentadas algunas de las organizaciones criminales más poderosas y violentas del mundo, las cuales penetran en el tejido económico, social y político, corrompiendo sus instituciones.
Se trata, en efecto, de un fenómeno global. El 68 % de las redes delictivas más peligrosas operan a nivel mundial y el 36 % de ellas se dedican exclusivamente al narcotráfico, generando un mercado ilícito en la UE con ingresos anuales de al menos 31.000 millones de euros, según cifras facilitadas por Europol.[2] Igualmente, estas redes penetran en el circuito económico legal a través del blanqueo de capitales. De los casi 900 grupos dedicados al crimen organizado de alto impacto en la UE, cerca de la mitad están involucrados en el tráfico de drogas, incluyendo el blanqueo de dinero.[3]
Las grandes organizaciones criminales latinoamericanas recurren sistemáticamente a la violencia para ampliar su control. En ocasiones, cooperan entre sí para lograr una sinergia criminal, buscando maximizar sus beneficios, aportando cada grupo una su singularidad, ya sea en el tráfico de sustancias específicas, en el control de los corredores para la distribución de la mercancía, o en el blanqueo de las ganancias obtenidas de sus actividades ilícitas.
En esta estrategia también buscan estrechar lazos trasatlánticos con organizaciones criminales en el continente europeo para fortalecer sus capacidades y expandir sus actividades. Las operaciones de cooperación policial han evidenciado las conexiones entre la mafia italiana, como la ’Ndrangheta, con los grandes grupos criminales colombianos (Clan del Golfo), brasileños (Primer Comando de la Capital) y mexicanos (Cártel de Sinaloa). Además, se han demostrado las relaciones entre grupos albaneses con organizaciones criminales que operan en la zona fronteriza entre Ecuador y Colombia para controlar la salida de grandes cargamentos de cocaína hacia puertos europeos, aprovechando la ausencia estatal en esas zonas y la elevada corrupción existente que posibilita las operaciones criminales.
Otra amenaza que comparten los dos continentes es el terrorismo, que a menudo se entrelaza con el crimen organizado. La presencia de Hezbolá, partido islamista chiíta y grupo paramilitar respaldado por Irán y con gran influencia en Líbano, quedó acreditada por la operación Trapiche, llevada a cabo por la Policía Federal brasileña en noviembre de 2023, que destapó una red de este grupo dispuesta a atentar contra diversos objetivos judíos en el país. Esta situación confirma las tesis de los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes sobre la posibilidad de atentados en Latinoamérica, además del riesgo de que la región se convierta en un trampolín de entrada y plataforma logística para ataques de esta organización terrorista en EE. UU. La ministra de seguridad de Argentina también ha referido la presencia de Hezbolá en diferentes países sudamericanos. Entre los acusados en la operación Trapiche se encuentra un libanés nacionalizado brasileño, previamente condenado por narcotráfico y acusado por la Fiscalía argentina de conseguir la documentación del comando terrorista que atentó contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en el año 1994, causando la muerte de 85 personas.
La conexión de este grupo terrorista con el crimen organizado está condicionada por la necesidad de disponer de más recursos económicos para financiar sus acciones en el extranjero. En este contexto, Hezbolá inició sus actividades criminales con el contrabando en la denominada Triple Frontera (Argentina, Brasil, Paraguay) a finales de la década de 1980, expandiéndose posteriormente al tráfico de drogas y armas, al blanqueo de capitales y a la falsificación de documentos.
Las actividades de Hezbolá se han ido extendiendo también a otros puntos geográficos del continente americano, favorecidos fundamentalmente por la injerencia político-comercial realizada por Irán en puntos estratégicos de Latinoamérica, como el acuerdo firmado en julio de 2023 por los ministros de Defensa de Irán y de Bolivia para vender a dicho país andino tecnología avanzada para el control fronterizo y combatir el tráfico de drogas en las fronteras de Chile y Argentina.
Para enfrentar estos importantes desafíos, es crucial fomentar una colaboración birregional entre la UE y América Latina en materia de seguridad. Esta cooperación debe tener un carácter estructural y ser sostenida a lo largo del tiempo, estableciendo mecanismos efectivos de coordinación para abordar las amenazas comunes a ambos hemisferios, especialmente en relación con el narcotráfico, la trata de personas, el blanqueo de capitales, el tráfico de armas y la ciberdelincuencia.
Para que esta cooperación contribuya a incrementar de forma efectiva la seguridad entre ambos continentes, la UE está implementando diversas estrategias en la lucha contra la criminalidad organizada con la participación de algunas de sus agencias. Entre las múltiples iniciativas en marcha merecen destacarse las siguientes:
El Programa de Asistencia Contra el Crimen Transnacional Organizado – El PAcCTO.[4] El PAcTo es un proyecto europeo con liderazgo español, iniciado en el año 2017 y orientado al fortalecimiento de las capacidades de 18 países de Iberoamérica en su lucha contra el crimen transnacional organizado. En marzo de 2024 tuvo lugar en Panamá el lanzamiento de la segunda fase de esta iniciativa, a la cual se han incorporado algunos países del Caribe, que tiene prevista una duración de cuatro años y que cuenta con un presupuesto de 58 millones de euros.
Al tratarse de un programa orientado a la demanda, corresponde a cada país determinar las líneas de trabajo preferentes en el proceso de fortalecimiento, especialización o reforma de las instituciones vinculadas a la lucha contra el crimen organizado. En el marco de este programa, que proporcionó expertos para su diseño, en marzo de 2022, se firmó en Bruselas la Declaración de Creación del Comité Latinoamericano de Seguridad Interior (CLASI). Se trata de un mecanismo de coordinación política, estratégica y operativa para la definición e implementación de políticas públicas de seguridad en la región latinoamericana. El CLASI reúne a ministros de 11 países en un foro informal de diálogo político y técnico con un enfoque muy concreto y operacional contra el crimen transnacional organizado. La filosofía que inspira este organismo está basada en la experiencia del Comité Permanente de Cooperación Operativa en materia de Seguridad Interior de la UE, que tiene como propósito intensificar la coordinación en asuntos de seguridad interior, definiendo líneas estratégicas de seguridad y de lucha contra la delincuencia organizada.
En este sentido, en septiembre de 2023 y durante la celebración de una reunión en Bruselas de los ministros de Interior de la UE con sus homólogos de los Estados que integran el CLASI, se adoptó una declaración conjunta para establecer elementos de compromiso que den continuidad y refuercen la relación en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado entre la UE y el CLASI.
La Agencia Europea para la Cooperación Policial – EUROPOL.[5] Esta agencia constituye un elemento central de la arquitectura general de seguridad interior de la UE para alcanzar una cooperación policial eficaz y conseguir un espacio de libertad, seguridad y justicia. Uno de sus principales objetivos es combatir el crimen transnacional organizado. Para alcanzar este propósito, coordina el intercambio de información entre las autoridades nacionales y proporciona análisis continuos de inteligencia a fin de apoyar a los investigadores sobre el terreno y articular una cooperación internacional que permita desmantelar las redes criminales que operan en ambos continentes.
Europol ha firmado acuerdos estratégicos con varios países de ese continente, como Brasil, Colombia y Chile, para el fortalecimiento de las relaciones y el intercambio de información en la lucha contra el crimen transnacional organizado, facilitando a los signatarios conectarse a la red de comunicaciones seguras de Europol (Siena), tanto con la propia agencia como con los servicios de los Estados miembros de la UE.
La Agencia Europea para la Cooperación Judicial Penal – Eurojust.[6] Es fundamental que las autoridades judiciales de ambos hemisferios trabajen juntas para combatir el narcotráfico, especialmente mediante el desmantelamiento de las rutas de transporte que mueven ingentes cantidades de drogas y que penetran en la UE, especialmente a través de los puertos. En este sentido, Eurojust facilita la coordinación judicial y la cooperación entre las autoridades nacionales prestando apoyo práctico a los fiscales en la lucha contra la delincuencia transfronteriza y el terrorismo. Con el apoyo de esta agencia, en el año 2023 se incautaron drogas por un valor estimado de 25.600 millones de euros, lo que supone más del doble que el año anterior.
Asimismo, en julio de 2024, Eurojust firmó acuerdos con las fiscalías generales de Perú, Bolivia, Chile, Costa Rica y Ecuador para reforzar la cooperación en la lucha contra el tráfico de drogas y armas, el blanqueo de capitales y la ciberdelincuencia, dando continuidad al acuerdo firmado con Panamá a principios de este año. Estos acuerdos no solo permitirán mejorar la cooperación en la lucha contra las redes criminales que operan entre ambos continentes, sino también tendrán un indudable impacto positivo en la seguridad, la economía y el bienestar de los ciudadanos.
Mecanismo UE-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe) de Coordinación y Cooperación en Materia de Drogas. Este mecanismo de cooperación se inició en el año 1998, tras una propuesta española realizada en el año 1995 cuando España presidía el Consejo de la UE, con el objetivo de facilitar el diálogo tanto a nivel político como técnico en materia de drogas. Actualmente, es el único mecanismo birregional de este estilo, atestiguando que la lucha contra el narcotráfico es una prioridad para ambas regiones.
En su XXIV Reunión de Alto Nivel, celebrada en La Paz en febrero de 2024, el presidente boliviano hizo un llamamiento a una mayor cooperación que contribuya a mejorar el intercambio de información y de tecnología para combatir a los grandes grupos criminales, alertando también sobre la llegada de drogas químicas a Latinoamérica.
Alianza Europea de los Puertos. Esta nueva iniciativa se presentó formalmente en Amberes en enero de 2024 con el propósito de evitar la infiltración de los grupos de crimen organizado en los centros logísticos portuarios. Los puertos a ambos lados del Atlántico se han convertido en las principales vías de salida y entrada de la cocaína que arriba al continente europeo procedente de Sudamérica. Las grandes redes criminales que participan en el tráfico de drogas dependen, en gran medida, de la corrupción en sus diferentes modalidades, como el soborno, el tráfico de influencias, etc. para facilitar sus actividades criminales. Por lo tanto, la detección de las redes delictivas que se infiltran en los grandes hubs de los puertos resulta imprescindible, debido al elevado número de empresas privadas que operan en zonas portuarias (como compañías navieras, operadores de carga, proveedores y concesionarios). Es evidente que la formación de redes de corrupción en múltiples ubicaciones es un elemento íntimamente unido al modelo de negocio de estos grupos delictivos.
Uno de los objetivos de esta Alianza es reforzar tanto el cumplimiento del código internacional de protección de buques e instalaciones portuarias, como la legislación de seguridad marítima de la UE, realizando evaluaciones de riesgos a nivel portuario y aprovechando el marco de seguridad establecido por la legislación.
Programas financiados por la Unión Europea. Los programas específicos que la UE está implementando desde hace años en varios países de Latinoamérica para la lucha contra el crimen transnacional organizado son eficaces instrumentos para fomentar una cooperación más estrecha con los países de ese hemisferio. Seguidamente, se mencionan aquellos programas y proyectos que tienen mayor continuidad y que fortalecen las relaciones de cooperación.
- Copolad: Es un proyecto multipaís de cooperación en políticas sobre drogas que, en su tercera edición, cuenta con un presupuesto de 15 millones de euros y un plazo de ejecución de cuatro años (2021-2025)[7] y que actúa tanto a nivel regional como a nivel nacional mediante asistencias técnicas, visitas de estudio, cursos y seminarios, reforzando las capacidades de los Observatorios Nacionales sobre Drogas y apoyando las iniciativas encaminadas a reducir la oferta y la demanda de estupefacientes.
- Eurofront: América Latina tiene 36 fronteras con una longitud de más de 41.000 kilómetros entre sus 18 países. La lejanía de algunas de esas zonas fronterizas, su compleja geografía, así como la escasa y débil vigilancia provocan la existencia de pasos fronterizos informales que propician fenómenos delictivos como el tráfico de drogas, el tráfico ilícito de migrantes y el contrabando. En este sentido, el objetivo de este programa, que se inició en el año 2020 en siete países y que cuenta con un presupuesto de 10 millones de euros, es crear fronteras más seguras, fortaleciendo las capacidades de las fuerzas de seguridad para luchar con mayor eficacia contra los diferentes tipos de delitos transfronterizos, especialmente contra la trata y el tráfico ilícito de migrantes. Eurofront desarrolla sus actividades en cuatro puntos fronterizos piloto que involucran a siete países (Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil y Paraguay).[8]
- Proyecto: Apoyo en la lucha contra las drogas y el crimen organizado en Perú: Programa que se inició en el año 2019 para la capacitación del personal involucrado en las investigaciones criminales y en la que España ejerce un papel destacado en su implementación. El objetivo de la segunda fase de este proyecto, actualmente en desarrollo, es lograr la interoperabilidad de las principales entidades implicadas en la investigación de delitos relacionados con el crimen organizado, a fin de mejorar su eficacia mediante la actuación de equipos mixtos especializados.
Para concluir, destacan los programas de cooperación que se van a implementar en Ecuador, país que hasta el año 2022 no constaba en la lista de países latinoamericanos con problemas de seguridad y que hoy en día enfrenta una grave crisis por la inusitada violencia de las grandes organizaciones criminales, dejando a una parte de la población inerme. El proyecto Ecuasec surge con el propósito de fortalecer las capacidades institucionales de los sistemas de seguridad ecuatorianos en su lucha contra el crimen organizado, y donde España ejercerá un papel de liderazgo en su ejecución. Asimismo, se ha previsto crear un Centro de Inteligencia en Guayaquil, epicentro desde donde operan muchas de las bandas criminales.
El Proyecto de AMERIPOL
La Comunidad de Policías de América (Ameripol) es una plataforma de cooperación policial de ámbito regional que tiene como principales objetivos el intercambio de información e inteligencia policial, la realización de operaciones conjuntas y la capacitación de sus miembros. Esta organización se encuentra integrada por 33 cuerpos policiales de 27 países latinoamericanos y caribeños.[9] Además, tiene 31 observadores, en su mayoría organizaciones europeas, entre ellas la Policía Nacional y la Guardia Civil de España que juegan un papel muy activo, así como Interpol y Europol que participaron en el proceso seguido para su constitución.
Ameripol se inició en el año 2007 durante un encuentro de organismos de seguridad latinoamericanos en Bogotá, consolidándose el proceso unos años más tarde, en el 2012, cuando se aprobaron sus estatutos. El espaldarazo a la organización se produjo en noviembre de 2023, cuando se suscribió en Brasilia el tratado constitutivo de Ameripol, que le otorga plena personalidad jurídica internacional y la faculta a realizar operaciones de forma autónoma, agilizando las investigaciones regionales de las distintas modalidades del crimen organizado. Además, mediante esta cooperación se optimizan las competencias policiales requeridas para enfrentar los desafíos que el crimen organizado representa en la seguridad pública en la región.
Ameripol constituye un hito importante porque, en cierta forma, quiebra la falta de interés casi endémica de los países latinoamericanos en fortalecer un sistema de gobernanza regional que pueda trasladar a instancias multilaterales una posición regional común. Esta cooperación es especialmente necesaria para enfrentar al crimen transnacional organizado, que tiene un indudable carácter global y que en Latinoamérica tiene un impacto considerable. La consolidación y asentamiento de esta organización es un elemento que contribuirá a superar la crisis de seguridad que padecen varios países de la región. Los problemas de intercambio de información y de falta de confianza entre los países vecinos de la región, en parte justificada por las malas experiencias de información filtrada a las organizaciones criminales, son parte de los grandes retos a superar.
La institucionalización alcanzada por el denominado Tratado de Brasilia hace menos de un año, permitirá que Ameripol se convierta en la tercera mayor organización policial del mundo, tras Interpol y Europol, con el propósito de convertirla en una institución internacional en su lucha contra el crimen organizado. Para lograr este ambicioso objetivo será necesario establecer un marco de colaboración conjunto, estable, regular y permanente. La conferencia celebrada en octubre de 2023 en Madrid sobre la consolidación de la cooperación entre Ameripol, Europol e Interpol supuso un nuevo e importante impulso para promover y reforzar la cooperación policial. Para dar continuidad a esta línea de acción, los jefes de los servicios de cooperación internacional de 10 países latinoamericanos y Ameripol celebrarán, en octubre de 2024 en Colombia, unas Jornadas organizadas por la Guardia Civil española que contribuirán al fortalecimiento institucional en este ámbito.
La Cooperación Bilateral de España con los Países Latinoamericanos
España juega un papel de liderazgo en la UE para impulsar no solo la cooperación con Latinoamérica en el área de la seguridad, sino también proyectos bilaterales propios. Esta cooperación tiene un carácter prioritario y estratégico para España por la estrecha vinculación histórica y cultural, y se fundamenta en un prolongado, regular e intenso ejercicio de cooperación en asuntos de mutuo interés, especialmente la represión del crimen transnacional organizado, así como la capacitación y especialización de las fuerzas de seguridad latinoamericanas.
Al respecto, varios elementos intervienen en el ejercicio de esta cooperación:
En el ámbito institucional, destacan las Consejerías y Agregadurías de Interior que se encuentran desplegadas en la totalidad de los países latinoamericanos, ya sea acreditadas únicamente ante el propio país (como Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil, Chile y México) o que cuentan con multiacreditación ante varios países (como la Consejería de Interior en Argentina, que tiene extensión de acreditación en Uruguay y Paraguay, o la Consejería de El Salvador, que tiene extensión de acreditación en Guatemala, Honduras, Costa Rica y Nicaragua). La labor que desarrollan estos miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españoles como consejeros y agregados resulta fundamental para la consolidación de las relaciones institucionales entre los países, fortaleciendo los vínculos con las organizaciones policiales de los países donde están acreditados, y facilitando el intercambio de información entre los servicios policiales y de seguridad, la realización de cursos y seminarios, así como la participación conjunta en grupos de trabajo.
En un nivel más específico, se encuentran los instrumentos de cooperación que contribuyen decisivamente a fortalecer e impulsar las relaciones de cooperación policial bilateral. Así, España tiene suscritos convenios sobre cooperación en materia de lucha contra la delincuencia y seguridad con Colombia, Perú, Chile, Brasil y Ecuador, entre otros, que actúan como marco para la celebración de futuros acuerdos administrativos de desarrollo del convenio y de las comisiones mixtas que se celebran alternadamente en cada país para tratar asuntos de mutuo interés de carácter operativo, técnico y estratégico.
Actualmente, tras concluir las negociaciones, el convenio entre España y Bolivia está pendiente de firma. Este convenio fortalecerá el intercambio de información operativa para la lucha contra el narcotráfico, otorgando así un marco legal sólido a la colaboración policial que ya se viene dando entre estos dos países. Mientras tanto, los convenios sobre esta materia con Argentina, El Salvador y Costa Rica se encuentran en proceso de negociación.
Otros factores clave en las relaciones de cooperación policial con España son las actividades formativas y de capacitación que reciben las fuerzas de seguridad latinoamericanas, bien con carácter bilateral o en programas de cooperación de la UE, donde España asume un papel de liderazgo en varios de ellos. Asimismo, es muy habitual la participación de las policías latinoamericanas en actividades formativas de especialización policial, conforme a los intereses de cada país y en función de las necesidades de capacitación de sus cuerpos de seguridad. En este contexto, se realizan cursos, talleres y seminarios, entre otros, tanto en España como en el país que demanda la actividad. Esta formación de especialización es impartida por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas en materias como investigación criminal, delincuencia organizada, control fronterizo, ciberdelincuencia y violencia de género.
Cabe resaltar también los cursos específicos que anualmente organizan en España los Cuerpos de Seguridad dirigidos a la mayoría de los países latinoamericanos, como los de este año, dedicados a la lucha contra el cibercrimen y delitos tecnológicos, en los que participan jefes de unidades de investigación en ciberdelincuencia de los cuerpos policiales latinoamericanos.
En el ámbito de la UE, España lidera varios programas ya sean multipaís, como el PAcCTO o Copolad, o específicos para un solo país, como en Perú, donde se está implementando un programa para el fortalecimiento institucional de las organizaciones involucradas en la lucha contra el crimen organizado. También hay que destacar las especiales relaciones con algunos países latinoamericanos puesto que la relevancia que alcanzan a nivel mundial algunas de las formas delincuenciales como el narcotráfico, subraya la necesidad de fortalecer estas relaciones para abordar eficazmente estos desafíos.
En el caso de Colombia, hay que destacar la cooperación operativa entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españoles y las instituciones colombianas, fundamentalmente la Policía Nacional colombiana, que se materializa a través de un fluido intercambio de información operativa y de inteligencia, y que se plasma en frecuentes actuaciones en diferentes ámbitos de la delincuencia organizada como el tráfico de drogas, la trata de personas, el blanqueo de capitales, o la localización de fugitivos, entre otras. Además, para facilitar esta ágil reciprocidad, aparte del Consejero y Agregado de Interior allí residenciados, hay un miembro de la Policía Nacional española como enlace con las unidades centrales de investigación criminal y antinarcóticos de la policía colombiana.
En el caso de Ecuador, los graves problemas de violencia que han llevado al presidente Noboa a declarar el estado de excepción en varias zonas del país han motivado un cambio en los programas de cooperación con España. Anteriormente, estos programas, que se realizaban en el marco del PAcCTO y Eurofront, no tenían un carácter bilateral. Sin embargo, en el futuro próximo, se ajustarán para centrarse específicamente en Ecuador a través del Proyecto Ecuasec, que será liderado por España con fondos comunitarios.
Asimismo, a comienzos de este año y para hacer frente a la grave crisis de seguridad que atraviesa el país, Ecuador solicitó a España la activación del Convenio bilateral para la lucha contra la delincuencia organizada, siendo la respuesta española de firme compromiso de apoyo. Para este fin, un equipo de policías españoles se desplazó a Quito para capacitar a sus homólogos ecuatorianos en temas de inteligencia y análisis de riesgo relacionado con el blanqueo de capitales; simultáneamente, policías ecuatorianos vienen recibiendo formación en estos ámbitos en España. Para continuar con esta formación, durante el transcurso del año, los policías ecuatorianos participarán en cursos adicionales sobre crimen organizado y seguridad ciudadana.
En Perú, país con el que existe un Convenio de lucha contra la delincuencia que fue firmado en Madrid en el año 2019 y que entró en vigor cuatro años después, sus autoridades han solicitado una reunión de la Comisión Mixta para el segundo semestre de 2024 con el objetivo de abordar, entre otros asuntos, aspectos relacionados al intercambio de información sobre el tráfico internacional de drogas. Asimismo, en marzo de 2023, se suscribió con Chile la Alianza Estratégica Renovada, en la que se prioriza la seguridad como elemento esencial para ejercer los derechos en plena libertad, ya que el aumento de la criminalidad organizada constituye la principal amenaza para los colectivos más desfavorecidos, situación que agrava las desigualdades existentes. En este sentido, existe un elevado interés chileno en el modelo policial español para el proceso de renovación y reestructuración de sus fuerzas de orden público y seguridad, en concordancia con la primera política nacional contra el crimen organizado y el inicio de una amplia actualización de la legislación para hacer frente a las amenazas, fortaleciendo y modernizando a sus instituciones de seguridad.
Conclusiones
La cooperación policial entre Europa y Latinoamérica adquiere una dimensión estratégica en el actual contexto de deterioro de la seguridad mundial, caracterizado por el aumento del consumo de drogas a nivel global, el fortalecimiento y expansión de las redes del narcotráfico, la creciente capacidad de estas organizaciones para penetrar en las estructuras de poder, y el auge de los delitos transfronterizos. Todos estos fenómenos representan desafíos comunes para la estabilidad de la región Sudamericana, en la que España es considerada un aliado fundamental para reforzar la cooperación internacional tanto a nivel bilateral como multilateral. En este sentido, España debe asumir un papel de liderazgo más destacado, que contribuya al fortalecimiento de la cooperación y de las instituciones de seguridad para hacer frente con garantías de éxito a estos riesgos compartidos.
El crimen organizado y su efecto sobre las instituciones políticas y sociales, así como el carácter cada vez más transnacional del delito, hacen que la cooperación internacional y la acción policial coordinada sean de naturaleza estructural y sostenida en el tiempo, con un necesario impulso político para la consolidación de mecanismos efectivos de colaboración y armonización frente a las principales amenazas comunes de ambos hemisferios: narcotráfico, blanqueo de capitales, tráfico de armas, trata de seres humanos y cibercrimen.
La progresiva implantación y afianzamiento de Ameripol, además de contribuir a facilitar el intercambio de información operativa y de inteligencia entre los países de la región, venciendo la desconfianza existente, se convertirá en el mejor socio para la cooperación con Europa en materia policial y de seguridad, reforzando y promoviendo la asociación estratégica birregional. En este contexto, habrá que instar a la incorporación efectiva de países como Colombia y Brasil, aún no asociados al CLASI, para velar por la efectiva implementación de las decisiones que se tomen en su seno y en la definición conjunta de las estrategias que se articulen contra el crimen transnacional organizado.
Para concluir, es fundamental destacar que, en la lucha contra el crimen organizado, la acción policial no es el único componente para lograr su erradicación, sino que esta acción debe de ir acompañada de políticas sociales robustas y programas que involucren a los servicios de educación, sanidad y desarrollo, con el dinamismo requerido para generar espacios seguros en las zonas más vulnerables, ya que estas áreas son las más propensas a ser cooptadas por bandas criminales. En este contexto, la cooperación entre Europa y Latinoamérica desempeña un papel crucial.
Sobre los autores:
Ignacio Cosidó Gutiérrez – Universidad Francisco de Vitoria
Ha sido director general de la Policía Nacional española. Actualmente, es el director del Centro para el Bien Común Global de la Universidad Francisco de Vitoria.
Luis de Mergelina – Universidad Francisco de Vitoria
Es analista del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria.
Notas finales:
- United Nations Office on Drugs and Crime. “World Drug Report 2022”. United Nations iLibrary, septiembre 2022. https://www.un-ilibrary.org/content/books/9789210019545 ↑
- Equipo de prensa e información de la Delegación de la UE en Chile. “Un importante paso contra el crimen organizado: Eurojust firma Acuerdos de Trabajo con cinco países latinoamericanos”. European External Action Service EEAS, 10 de julio de 2024. https://www.eeas.europa.eu/delegations/chile/un-importante-paso-contra-el-crimen-organizado-eurojust-firma-acuerdos-de-trabajo-con-cinco-pa%C3%ADses_es?s=192#:~:text=El%2068%25%20de%20las%20redes,EU%2D%20como%20en%20el%20extranjero. ↑
- European Union Agency for Law Enforcement Cooperation. “Decoding the EU’s most threatening criminal networks”. Europol, 2024. https://www.europol.europa.eu/cms/sites/default/files/documents/Europol%20report%20on%20Decoding%20the%20EU-s%20most%20threatening%20criminal%20networks.pdf ↑
- PAcCTO. “¿Qué es EL PAcCTO?”. Europa Latinoamérica Programa de Asistencia contra el Crimen Transnacional Organizado, 2024. https://elpaccto.eu/sobre-el-paccto/que-es-el-paccto/ ↑
- Europol. “Acerca de Europol: Cómo contribuye Europol a hacer de Europa un lugar más seguro”. Oficina Europea de Policía, 11 de julio de 2024. https://www.europol.europa.eu/about-europol:es ↑
- Eurojust. “Portal Web”. https://www.eurojust.europa.eu/ ↑
- Copolad. “Portal Web”. Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europeaen materia de política de drogas, 2024. https://copolad.eu/es/que-es-copolad/ ↑
- Eurofront. “Portal Web”. Programa de Cooperación delegada entre la Unión Europea y América Latina, 2024. https://programaeurofront.eu/es/page/que-es-eurofront ↑
- Davis, Eduardo. “Ameripol, la nueva herramienta de América Latina y el Caribe contra el crimen organizado”. SWI swissinfo, 9 de noviembre de 2023. https://www.swissinfo.ch/spa/ameripol-la-nueva-herramienta-de-am%C3%A9rica-latina-y-el-caribe-contra-el-crimen-organizado/48967394 ↑