Trazando Estrategias: Desafíos y Reflexiones sobre el Narcotráfico y el Terrorismo en el VRAEM 2023

Este artículo ha sido publicado inicialmente en la Revista Seguridad y Poder Terrestre
Vol. 3 No. 1 (2024): enero a marzo
DOI: https://doi.org/10.56221/spt.v3i1.49


Resumen

Abordando la arraigada problemática del narcotráfico en los Valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), este artículo examina la compleja interacción entre las organizaciones delictivas y la Organización Terrorista autodenominada Militarizado Partido Comunista del Perú Marxista Leninista Maoísta, principalmente Xiista (MPCP – MLM – PX). Su objetivo es analizar las estrategias implementadas por el Comando Especial de los Valles de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (CEVRAEM) para desarticular el comité central terrorista y cortar los vínculos con el narcotráfico. La metodología empleada fusiona una revisión hermenéutica y documentaria, complementada con la experiencia profesional de los actores en la zona, proporcionando una visión integral y crítica de la compleja realidad del VRAEM. Este análisis busca ofrecer no solo una comprensión detallada de la situación actual, sino sugerir enfoques integrales que involucren esfuerzos gubernamentales, sociales y económicos para enfrentar este desafío.

Palabras clave: Terrorismo, Delitos Conexos, Tráfico Ilícito de Drogas, Seguridad Nacional, Desarrollo Nacional.

Introducción

El flagelo del narcotráfico se enraíza profundamente en los Valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, una región donde la demanda internacional de clorhidrato de cocaína, derivado de la hoja de coca, genera una compleja red de desafíos. Esta interacción simbiótica entre las organizaciones delictivas dedicadas al narcotráfico y la autodenominada Organización Terrorista Militarizado Partido Comunista del Perú Maoísta Marxista Leninista, principalmente Xiista (MPCP-MLM-PX), somete a la región al temor y el amedrentamiento, obstruyendo la participación de la inversión y el desarrollo.[1] En este contexto, la población, mayoritariamente constituida por migrantes andinos, se involucra en la siembra de hoja de coca, un componente esencial para la producción de cocaína. Las realidades económicas y sociales, combinadas con esta compleja dinámica, desencadenan una lucha constante.

En respuesta, el Estado ha encomendado al Comando Especial de los Valles de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (CEVRAEM) liderar operaciones y acciones militares para desestructurar el comité central de la organización terrorista, mermar su capacidad combativa y romper los vínculos nefastos con el Tráfico Ilícito de Drogas (TID).[2] En este contexto crítico, el CEVRAEM se posiciona como un baluarte frente a la complejidad arraigada en la alianza entre el narcotráfico y el terrorismo. Su trabajo estratégico busca desentrañar las complejas capas de este entramado, enfrentando las raíces profundas que alimentan esta problemática regional y planteando un enfoque integral para abordarla.

Narcotráfico en el VRAEM: Perspectiva Integral ante una Realidad Compleja

A lo largo de décadas, el problema persistente del narcotráfico en el VRAEM ha arraigado en la sociedad peruana. Se ha gestado a partir de la siembra y cultivo de la hoja de coca.[3] Aunque esta hoja es parte integral de la cultura andina con usos culturales y religiosos, organizaciones delictivas la aprovechan para la producción de cocaína destinada a la exportación. Inicialmente, los carteles colombianos fungieron como intermediarios en este proceso, pero con su declive, los carteles mexicanos han ocupado su lugar. La región del VRAEM abarca cinco departamentos, diez provincias y 69 distritos, con una población de aproximadamente 467.000 personas, representando el 1,6 % del total del país.

La organización terrorista Sendero Luminoso (SL), tras la captura de sus líderes en la década de 1990, degradó su ideología hacia el autodenominado MPCP-ML-PX, con los hermanos Quispe Palomino asumiendo el liderazgo. Esta formación, antes caracterizada por su ideología comunista, degeneró en un clan familiar que se asocia con las organizaciones locales dedicadas al narcotráfico y otras actividades ilícitas.

La presencia de SL en el VRAEM heredó una historia de violencia sanguinaria. Después de la captura de su líder histórico Abimael Guzmán Reynoso, alias «Gonzalo», Oscar Ramírez Durand, alias “Feliciano», se apoderó de la región, infligiendo una violencia brutal en las comunidades nativas y centros poblados, hasta su captura en julio de 1999[4]. En este contexto, emergieron los hermanos Quispe Palomino, quienes adoptaron una estrategia diferente, acercándose a los pobladores campesinos mediante la protección de la siembra de hoja de coca y la comercialización de sus ilícitos.[5] Buscan presentarse como facilitadores del crecimiento económico local y generadores del sustento económico del poblador, mientras retratan a las fuerzas del orden como obstáculos a sus actividades.

Esta simbiosis entre terrorismo y narcotráfico en el VRAEM ha desencadenado una serie de delitos conexos, tales como el tráfico de productos químicos fiscalizados, madera, armas, trata de personas y corrupción de funcionarios. Por ello, la complejidad de esta situación exige estrategias integrales que aborden tanto la raíz del problema como sus ramificaciones, involucrando esfuerzos gubernamentales, sociales y económicos para combatir eficazmente esta adversidad.[6]

Figura 1: Total de Hectáreas de Superficie Cultivada con Hoja de Coca en Producción por Zonas Cocaleras en el VRAEM (2013-2019).

Fuente: Devida

De los 69 distritos que conforman el VRAEM, 18 cuentan con zonas de cultivos de hoja de coca. De estos, 9 distritos concentran el 87 % de los cultivos: Pichari y Kimbiri en Cusco; Vizcatán del Ene en Junín; y Canayre, Llochegua, Sivia, Santa Rosa, Samuragi y Anco en Ayacucho.

Delitos Conexos al Narcotráfico y Desafíos para un Desarrollo Sostenible

La vasta región que comprende el VRAEM destaca por su rica biodiversidad y potencial agrícola. A pesar de contar con climas propicios para cultivos legales como el café y el cacao, la presencia del tercer cultivo, la hoja de coca, resalta por su carácter ilícito y su vinculación con la producción de cocaína. Según Waldo Mendoza y Janneth Leyva, el 84.2 % del valor bruto de producción agraria en las cuencas relacionadas con la hoja de coca del VRAEM proviene de estos tres cultivos, siendo esta responsable del 55.3 %, el café del 16.6 % y el cacao del 12.3 %.[7] Este escenario aparentemente fértil contrasta con la realidad social y económica de la región. Aunque posee un potencial turístico con su belleza natural y la riqueza de sus comunidades nativas, las cifras de pobreza y subdesarrollo son alarmantes.[8] La carencia de infraestructuras en sectores críticos como educación, salud, vivienda y transporte revela un panorama crudo y contradictorio.

La presencia de organizaciones dedicadas al narcotráfico no solo distorsiona la economía, sino que propicia delitos relacionados que afectan profundamente a la sociedad; la transición de agricultores a la siembra de hoja de coca, en busca de ganancias rápidas, genera informalidad económica y lavado de activos.[9] Estas organizaciones, además, crean entidades financieras con fondos ilícitos, exacerbando la complejidad del problema.

La trata de personas, un nefasto subproducto de esta situación, es una manifestación moderna de esclavitud; mujeres de estratos pobres son engañadas y forzadas a realizar labores de explotación laboral o sexual, atentando contra los derechos humanos; los niños no escapan de esta realidad, siendo utilizados en campos de siembra de coca o como «mulas» en el transporte de drogas. Asimismo, otro componente preocupante es el tráfico de insumos químicos y productos fiscalizados, esenciales para la producción de cocaína;[10] en este contexto, la corrupción de autoridades encargadas de su control facilita esta actividad ilícita.[11] Y es aquí, donde la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) debería regular estos insumos desde 2012, pero su eficacia ha sido cuestionada.

Un aspecto aún más grave es la naturalización de los ilícitos en la mente de los habitantes locales; por ello, para muchos residentes del VRAEM, participar en actividades ilegales relacionadas con el narcotráfico no es visto como algo fuera de la ley, sino como una actividad normal necesaria para sustentar sus familias. Esta normalización complica aún más la erradicación de estos problemas arraigados en la sociedad.[12] Por ello, en el VRAEM se enfrenta la encrucijada entre sus recursos naturales, potencial turístico y una economía distorsionada por el narcotráfico, y abordar este problema requiere no solo operaciones y acciones militares de los sectores Defensa e Interior, sino estrategias multisectoriales integrales que aborden las causas subyacentes y fomenten el desarrollo sostenible, la educación y el fortalecimiento institucional.[13]

Capacidades Militares para Enfrentar las Amenazas a la Seguridad Nacional en el VRAEM

Según la Resolución Ministerial No 1411-2016-DE/CCFFAA del 22 de noviembre de 2016, los roles estratégicos de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) son:

1. Garantizar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República

2. Participar en el orden interno

3. Participar en el desarrollo nacional

4. Participar en el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres

5. Participar en la política exterior

En este contexto, la organización de los Comandos Operacionales y los Comandos Especiales se norma de manera rigurosa, siendo estos últimos organismos temporales creados específicamente para enfrentar amenazas a la seguridad nacional; por ello, la asignación de fuerzas y recursos por parte de las instituciones armadas es crucial para asegurar el nivel de aprestamiento necesario y cumplir con estas misiones.[14] De acuerdo al Plan Militar de Campaña CEVRAEM-2023,[15] esta se erige como una entidad multifacética con capacidades terrestres, aéreas, navales y de fuerzas especiales; por ende, estos componentes son esenciales para desmantelar el comité central, neutralizar la capacidad combativa de la organización terrorista y, además, romper los vínculos entre dicha organización y aquellas dedicadas al TID.

En la dimensión terrestre, la presencia de cuatro Grandes Unidades, como la 2da Brigada de Infantería, la 31ava Brigada de Infantería, la 33 Brigada de Infantería y el Agrupamiento de Ingeniería de Combate, posibilita la ejecución de diversas misiones. Estas comprenden operaciones de reconocimiento y combate, apoyo a las Fuerzas Especiales, control del orden interno, acciones militares durante riesgos y desastres, así como el respaldo al desarrollo mediante el mantenimiento de vías de comunicación a cargo de unidades de Ingeniería Militar.

El componente naval, por su parte, se organiza en unidades de control fluvial con Pelotones de Infantería de Marina y armas de apoyo de combate. Su misión abarca el control territorial y fluvial, con capacidades para el combate fluvial y búsqueda y rescate. Además, juega un papel crucial en el apoyo a la comunidad durante riesgos y desastres. El componente aéreo, que opera tanto alas fijas como rotatorias, proporciona un apoyo esencial, desde misiones de apoyo aéreo cercano hasta operaciones especiales, incluyendo inserciones, extracciones y operaciones de engaño. Su papel es fundamental para el éxito de las operaciones en superficie; también desempeñan tareas de inteligencia y vigilancia, así como de reconocimiento. Asimismo, el componente de Fuerzas Especiales, con contingentes asignados anualmente por los institutos castrenses, compone grupos de reconocimiento y combate especial. Estos grupos realizan acciones de acción directa, reconocimiento especial y contraterrorismo, siendo piezas clave en la lucha contra la organización terrorista. Por ello, las capacidades operacionales del CEVRAEM son una amalgama integral que busca abordar de manera efectiva las complejas amenazas a la seguridad nacional en la región.

Conclusiones

  1. Las complejas interconexiones entre narcotráfico, terrorismo y desafíos socioeconómicos en el VRAEM revelan la metamorfosis de la siembra cultural de coca en un instrumento para el crimen organizado. Esta asociación ha generado una serie de problemas, desde la distorsión económica hasta la proliferación de actividades ilícitas vinculadas, requiriendo soluciones integrales que aborden tanto las causas fundamentales como las manifestaciones del problema.
  2. A pesar de la exuberante riqueza natural y el potencial para el turismo, el VRAEM presenta una realidad desoladora de pobreza y subdesarrollo. Las actividades ilícitas, especialmente el narcotráfico, han obstaculizado los esfuerzos de desarrollo sostenible. Este agudo contraste entre la abundancia de recursos y la persistente falta de progreso destaca la urgencia de enfoques integrales que aborden no solo los síntomas, sino también las raíces de esta compleja problemática.
  3. Las FF. AA., lideradas por el CEVRAEM, desempeñan un papel crucial en la seguridad nacional. Su enfoque integral, que engloba capacidades terrestres, aéreas, navales y fuerzas especiales, refleja un compromiso serio. No obstante, la solución a la realidad del VRAEM a largo plazo no puede lograrse únicamente mediante acciones militares. El desafío radica en equilibrar las estrategias operacionales y de inteligencia con enfoques multisectoriales que fomenten verdaderos cambios sociales positivos y sostenibles en la región.

 

Notas finales:

  1. Miguel Gonzales, Óscar Calle, Ricardo Campos y Manolo Eduardo, «El Narcotráfico en el VRAEM: una Amenaza Naturalizada», Revista de Ciencia e Investigación en Defensa-CAEN 4, no. 2 (2023), 37-56.
  2. Ministerio de Defensa del Perú, Política de Defensa Nacional del Perú al 2030, (2020), https://www.gob.pe/institucion/mindef/noticias/150015-politica-de-defensa-nacional-del-peru-al-2030
  3. Miguel Gonzales, Óscar Calle, Ricardo Campos y Manolo Eduardo, «Problemática del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro: Escenarios prospectivos», Serie de cuadernos de trabajo, Centro de Estudios Estratégicos del Ejército (2023), https://ceeep.mil.pe/2023/08/31/problematica-del-valle-de-los-rios-apurimac-ene-y-mantaro/
  4. Francisco Escárzaga, «Auge y caída de Sendero Luminoso», Bajo el volcán 2, n.° 3 (2001), 75-97, https://www.redalyc.org/pdf/286/28600305.pdf
  5. Miguel Gonzales, et al, «Problemática del Valle ríos Apurímac, Ene y Mantaro: …”
  6. Manolo Eduardo, «El VRAEM: Propuesta de Estrategia Para la Mitigación de las Amenazas», Revista de Ciencia e Investigación en Defensa-CAEN 4, n.° 2 (2023), 101-117, https://recide.caen.edu.pe/index.php/recide/article/view/115
  7. Defensoría del Pueblo, «Abordaje de la lucha contra la corrupción en el VRAEM: Análisis de los instrumentos de política pública y de gestión regional del VRAEM», (2022), https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2022/08/Informe-de-Adjunt%C3%ADa-Abordaje-de-la-lucha-contra-la-corrupci%C3%B3n-en-el-Vraem.pdf
  8. Manolo Eduardo, «Amenazas contemporáneas, los roles de las fuerzas armadas y su integración con la sociedad», Pensamiento Conjunto 10, n.° 1 (2022), 14, http://www.pensamientoconjunto.com.pe/index.php/PC/article/view/105
  9. Defensoría del Pueblo, “Abordaje de la lucha contra la corrupción en el VRAEM: Análisis de los instrumentos de política pública y de gestión regional del VRAEM”, (2022), https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2022/08/Informe-de-Adjunt%C3%ADa-Abordaje-de-la-lucha-contra-la-corrupci%C3%B3n-en-el-Vraem.pdf
  10. Óscar Quispe, «Fracasó control de insumos químicos que van al tráfico de drogas», Perú 21 (30 de mayo de 2023), https://peru21.pe/politica/fracaso-control-de-insumos-quimicos-que-van-al-trafico-de-drogas-sunat-mininter-vicente-romero-noticia/
  11. Luis Rojas, «Las estrategias en el VRAE», Pensamiento Conjunto 6, n.° 3 (2018), 7, http://www.pensamientoconjunto.com.pe/index.php/PC/article/view/68
  12. Miguel Gonzales, et al, «Problemática Valle ríos Apurímac, Ene y Mantaro:…”, 37-56.
  13. Estado Peruano, Decreto Supremo Nº 006-2023-PCM, “Crean la Comisión Multisectorial de naturaleza permanente denominada ‘VRAEM Productivo’ “, Plataforma Digital Única (13 de enero de 2023), https://www.gob.pe/institucion/minam/normas-legales/3839551-0006-2023-pcm
  14. Ministerio de Defensa, “Resolución Ministerial Nº 1411-2016-DE, que aprueba los roles estratégicos de las Fuerzas Armadas con sus correspondientes definiciones y acciones estratégicas”, (2016).
  15. Comando Especial VRAEM, “Plan de Campaña Militar ‘VRAEM-2023’: Para la lucha contra el Terrorismo, TID y otras amenazas conexas en el ámbito de responsabilidad del CE-VRAEM”. (Cusco, Perú: 2023).

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  1. La región del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), se encuentra en situación de emergencia desde 1999. Es una región agreste, de difícil acceso. Comprende 4 regiones y 69 distritos. Tiene una superficie total de cerca de 5 millones de hectáreas y su población alcanza a 450,000. El 83 % sufre de pobreza. Este es el lugar donde los llamados “remanentes subversivos”, han establecido control territorial, lo que le permite, entrenar tropas, montar operativos que ya han producido 446 muertes y 558 heridos y un eficaz sistema de apoyo al narcotráfico. Por su parte las fuerzas del orden, tienen 8,000 efectivos repartidos en 53 bases. Para poder eliminar militarmente dicha amenaza, que compromete la seguridad nacional, debemos pensar no en forma convencional sino en sentido no convencional. Es decir, no “roquetear” zonas, que podrían estar despobladas, sino eliminar mediante acciones de inteligencia y operativas tipo “quirúrgicos” a los mandos y elementos del aparato político – militar. No debemos olvidar que la dualidad ejército-comunidades campesinas, venció al PCP-SL en la década de los 90s, y que esta conjunción de esfuerzos debe de emplearse nuevamente. Para ello, debemos recurrir a los maestros de la guerra irregular. Por ejemplo, doctrinariamente, Sun Tzu, determina que en la guerra se debe valorar cinco factores fundamentales: doctrina, tiempo, terreno, mando y disciplina. Por ende,“en una guerra irregular prolongada, el orden territorial emergente es el resultado de la interacción estratégica entre los agentes armados, y entre èstos y los civiles”… “Del caos aparente de la guerra irregular ha surgido un orden territorial que es el resultado de la interacción de los agentes armados y del impacto de esas fuerzas simples y muy antiguas que son el deseo de supervivencia y la búsqueda de oportunidades económicas. Es un orden real y observable porque es el resultado de lo que imaginan, piensan y conjeturan los que tienen armas y los que no la tienen. Falta entender a qué ritmos, mediante que procesos, a través de qué tipo de heurística conjeturan y deciden los agentes amados y los civiles” (María del Pilar Castillo y Boris Salazar, 2001). El peor enemigo en el VRAEM es el tiempo. Con la actual estrategia política, de solución al problema solo de índole policial y militar y no a nivel Gobierno (Ministerios y Gobiernos Regionales y Locales), no puede mantenerse de manera indefinida. Tampoco, dejar la iniciativa a estos malos elementos. Si trasladamos nuestra situación y la comparamos con la colombiana, se puede decir que, en forma casi similar: “No parece muy adecuado seguir insistiendo en salidas al conflicto que apelan exclusiva y permanentemente a la buena voluntad de las guerrillas, cuando se trata de un problema de disputa de importantes cantidades de poder real a nivel local o regional”… “La guerrilla maneja hoy la formidable arma del tiempo. No tiene prisa ni corre afán. Sabe que el tiempo corre a su favor, pues siente que está ganando el conflicto y que cada día que pasa acumula más recursos, más poder e influencia…Por el contrario, la percepción del tiempo que tiene el Gobierno es urbana y electoral: urbana, porque lo percibe como un recurso escaso y valioso; electoral, porque el tiempo para el Gobierno es un corto lapso que transcurre entre dos elecciones separadas por solo cuatro años”…“Es necesario revisar la evaluación que se hace del factor tiempo En el fenómeno subversivo…el problema no es que la guerrilla lleve cuarenta años en el monte; el problema es que en los últimos diez años ha crecido más que en los 32 años anteriores, en términos de cobertura territorial y de hombres en armas…Mientras no se reduzcan sustancialmente sus ingresos el tiempo corre a favor de la guerrilla…Los ingresos del Estado a los Municipios, obras, etc., llegan a los subversivos antes que a las obras”(Alfredo Rangel, 1999). No debe de haber empate militar en el VRAEM. Estamos en una guerra de gran duración y de baja intensidad militar. El centro de gravedad de las operaciones militares es la población. No se puede separar la gente de los pueblos de los senderistas, porque son lo mismo. Hay que tener doctrina y organización militar no convencionales, para buscar la pacificación de esa zona del país. Con la pacificación, vendrá el desarrollo. Es necesario definir en términos de objetivos políticos tanto el tipo de guerra que se decide emprender, como los objetivos militares. Luego de más de 20 años de esta situación, preguntémonos ¿Los sucesivos gobiernos, en estos 21 años, han podido pacificar la zona, como han ofrecido en sus discursos y proclamas? ¿Las fuerzas del orden, en esta situación, sin mandato político para llevar a cabo, la tan mentada guerra, solo son operaciones militares o policiales para mantener el estatus quo?

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Las ideas contenidas en este análisis son responsabilidad exclusiva del autor, sin que refleje necesariamente el pensamiento del CEEEP ni del Ejército del Perú

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